Antonio Jiménez: "Cataluña tendrá un gobierno separatista que se ha pactado en la cárcel"

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Con el plazo casi agotado. Cataluña tendrá de nuevo un gobierno separatista. Y lo que es realmente insólito es que ese Gobierno se ha fraguado y pactado en la cárcel. Algo sorprendente. Desde el punto de vista político, escandaloso. A nosotros nos parece casi de realismo mágico pero desgraciadamente lo estamos sufriendo y los catalanes. Mientras sigan con la ensoñación del separatismo pensarán que esto es así. El resto sufre la imposibilidad de seguir prosperando porque les falta que resuelvan sus problemas.

Sus objetivos son los mismos que querían Torra y Puigdemont: la independencia. Aquí ha ganado el pulso Puigdemont, el prófugo de Waterloo. Este es el que ha ganado la batalla y se lleva las carteras del Gobierno más importantes: prisiones, economía... qué casualidad. Y también exteriores para seguir vendiendo esta ensoñación. Eso sí, con dinero público. Y mientras tanto los catalanes sufren las consecuencias. Van a seguir viendo como las inversiones no llegan a Cataluña. Ellos van a ser los sufridores de esta situación y Sánchez seguirá sometido.

Cataluña, a punto de formar gobierno tras un acuerdo sellado entre rejas y con el visto bueno de Puigdemont

Después de tres meses, Cataluña parece estar ante el acuerdo entre ERC y JxCat para decir adiós a un Gobierno en funciones que cumple ya más de 200 días.

Desde el pasado 14 de febrero, momento en el que se celebraron los comicios catalanes, la comunidad ha estado inmersa en una batería de rifirrafes, críticas, reproches y reuniones sin resultado alguno que ha llevado al límite las negociaciones. Recordamos que el plazo máximo para llegar a un acuerdo era el próximo 26 de mayo.

Tras las reuniones este fin de semana entre ambas formaciones, parece haber vía libre para finalmente formar un gobierno de coalición y evitar la repetición de las elecciones. De hecho, el acuerdo se cerró durante el sábado y el domingo, cuando tuvieron lugar dos reuniones muy discretas en las que, aparentemente, se desencallan las conversaciones.