Antonio Jiménez: "Podemos se apunta a la misma teoría conspiranoica del 23-F que la extrema derecha en su día"
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Hace 40 años, un 23 de febrero de 1981, España vivió con el alma en un puño aquel secuestro del Congreso de los Diputados, con el Gobierno de Adolfo Suárez en pleno secuestrado en el banco azul. Fue una larga noche: intensa, tensa y, sobre todo, muy incierta. Porque España se estaba jugando su democracia y su libertad. Y los españoles, muy compungidos, preocupados, temerosos, en sus casas, pendientes de lo que la radio iba transmitiendo. El sonido del Congreso y de las informaciones que los periodistas que estábamos allí, en las inmediaciones, íbamos contando a lo largo de aquella noche de los transistores.
Es evidente que si el Rey no interviene y no sale para frenar aquel golpe, ese golpe hubiera triunfado. Por eso, es incomprensible que, a estas alturas de la película, todavía, tanto la extrema derecha en su día como ahora la extrema izquierda radical se apunte a teorías conspiranoicas, cuestione el papel del Rey Juan Carlos (que fue fundamental, firme, determinante para frenar aquella asonada). Sin el Rey Juan Carlos, el golpe hubiera triunfado sin duda alguna.
Pues eso no lo entienden quienes hoy han conspirado nuevamente. O han intentado transmitir la idea de que el Rey jugó un papel que no está muy claro. Eso solamente lo dicen, lo cuestionan aquellos que atacan de forma permanente a la monarquía parlamentaria. Aquellos que no quieren reconocer en la figura del Rey Juan Carlos entonces el hombre que defendió la libertad y la democracia y la Constitución de España.
Hoy, la extrema izquierda radical de Podemos, junto a los separatistas, se han apuntado a la misma teoría conspiranoica que en su día esgrimió y exhibió la extrema derecha para exculpar a los golpistas. ¡Qué casualidad! Una vez más, los extremos se dan la mano y se tocan. Quienes vivimos aquellos hechos podemos dar fe de que fue determinante ese papel del Rey.
Que España estaba, en esos momentos, secuestrada, desde el punto de vista político, por unos guardia civiles a las órdenes del teniente coronel Tejero. Pendientes de la evolución de los hechos en acuartelamientos. Por ejemplo, en Valencia, donde los tanques estaban en la calle. Pendientes de cómo podían reaccionar otras capitanías. Todo eso lo estuvo frenando el Rey en esas horas previas a su discurso fundamental de madrugada.
El Rey sale gracias a que aquella cinta se graba y se lleva a TVE porque se temía que incluso pudiera ser secuestrada. Y eso se ha contado hasta la saciedad. Y todavía se cuestiona el papel del Rey. Lamentablemente, hoy el Rey Juan Carlos no ha podido estar aquí. Porque aquellos que más cuestionan y atacan la monarquía son los que también cuestionan su figura y su legitimidad en aquellos hechos. Y es un hombre que, como todo el mundo sabe, ni está procesado, investigado y pendiente de una causa judicial.
Y nos entristece que hoy no se haya podido reconocer su papel fundamental para frenar la asonada. De verdad que es muy triste. Es verdad que el Rey Felipe lo ha reconocido, y así lo ha expresado. El papel determinante y firme de su padre. Pero lamentablemente nos entristece lo que hoy han dicho los que insisten en cuestionar el régimen del 78, la Constitución española y, sobre todo, la monarquía parlamentaria. Y, por tanto, aquello que nos ha dado más prosperidad y libertad en estos últimos 40 años.