Cristina Jiménez, empresaria: "Lo que hemos tenido ha sido confinamiento, no teletrabajo. Esto no puede ser".
Tras el fin del estado de alarma y las ayudas por ERTE se espera una ola de despidos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El coronavirus ha traído consecuencias pésimas para nuestro país. Todos conocemos la malas cifras de fallecidos que hemos tenido durante los primeros meses de la pandemia, donde todos hemos intentado luchar contra la "curva" de contagios. Aunque no hemos alcanzado la cifra mágica de 0 fallecidos, 0 casos nuevos; nos hemos quedado muy cerca durante algunas semanas previas al verano, donde los rebrotes nos han vuelto a situar en la casilla de salida.
Lo cierto es que España no se puede permitir un nuevo confinamiento en todo el territorio. Sus consecuencias serían muy graves para la economía del país, donde suele tenderse a enfriar a la mínima. El coronavirus no ha provocado solo que se enfríe; más bien se ha visto congelada. Durante semana y media, previa a las festividades de Semana Santa, Pedro Sánchez anunció el cierre en bloque de la economía española, una decisión muy dura de adoptar pero según esgrimió por aquel entonces, "necesaria".
Sin duda la economía de los hogares ha sido una de las mayores preocupaciones del Gobierno, y por eso ha intentado adoptar medidas ante la crisis económica inevitable que ya está entre nosotros. Los ERTE han sido la gran apuesta de Pedro Sánchez y sus ministros especializados en economía, tal y como la titular de Empleo, Yolanda Díaz, o el ministro de Seguridad Social, José Luís Escrivá.
Aunque no siempre hayan funcionado estas medidas "estrella" todo lo bien que les hubiese gustado, lo cierto es que han sido una forma de incentivar a las empresas para no despedir a la gente de forma inmediata a sus trabajadores ante el confinamiento de las personas y la economía.
Pero la pregunta que se hacen muchos, ante esta situación generada, es si realmente una empresa, con la legislación actual, nos puede echar a la calle. Cristina Jiménez, presidenta y fundadora de la fundación para la investigación sobre el derecho y la empresa (FIDE) ha dado respuesta a esta pregunta: "No nos pueden echar, pero no nos hemos concienciado demasiado de la gravedad del coronavirus y de sus consecuencias".
No en vano, ha aprovechado en 'El Cascabel' para explicar que lo que han vivido realmente no ha sido un "teletrabajo" sino un "confinamiento".
"Nos hemos metido en un teletrabajo, los que tuvimos suerte, de tener mucho trabajo. Ha sido un sinvivir, y hemos creído que tras el verano iba a suceder algo mágico que no ha ocurrido. No estaban advirtiendo todos los Gobiernos. Lo que hemos tenido ahora ha sido confinamiento, no teletrabajo. Esto no puede ser".
Por eso, ha pedido que las empresas delimiten las obligaciones deberes y horarios de sus trabajadores. "Hay empresas que han adoptado un plan de acción para salvar todos los puestos de trabajo y regreso de los trabajadores de forma escalonada", ha explicado en este sentido, aunque ha advertido de que "existe mucha incertidumbre de cómo debe regularse la desescalada que encima se ha adelantado".