El infierno que viven los vecinos de un barrio de Madrid tras una brutal pelea en el metro: "Esta es otra más"

La mañana del domingo, los vecinos de Batán despertaron con los ruidos de las sirenas policiales en la parada de metro que lleva su nombre. Allí, con las últimas horas de oscuridad, decenas de jóvenes de diferentes nacionalidades se enfrentaron con todo lo que encontraron a su alcance. Piedras, cinturones e incluso cuchillos de cocina. Una batalla campal que ha atemorizado a todos los vecinos y ha dejado 16 detenidos y dos heridos. Uno de ellos fue apuñalado

La pelea se produjo en los vagones de la línea 10, casi a las 7:00 de la mañana. Fue tal la violencia que se desencadenó, que la línea sufrió varios retrasos hasta que se normalizaron las cosas. Y un detalle importante, muchos de ellos son menores y aunque no lo parezca, la policía no cree que puedan pertenecer a bandas juveniles. De hecho, según los vecinos de la zona, la reyerta podría haberse producido por la discusión inicial de dos chicas de dos grupos distintos que terminaron arrastrando a todos a un violento desenlace. La investigación policial sobre lo ocurrido intenta aclarar los hechos para que se pueda determinar el futuro penal de los detenidos

Serfín Giraldo, inspector H50 nos ha adelantado que no se puede asegurar que la reyerta se deba a un enfrentamiento entre bandas juveniles, sino a un simple encontronazo entre dos grupos que volvían de fiesta. Eso sí, preocupa que en ambos grupos, se portaran armas blancas y se democratice la violencia con tanta facilidad. La nacionalidad, explican, es diversa, predominando jóvenes de origen marroquí y sudamericana y muchos de ellos son menores de edad.

Un equipo de ‘El Cascabel’ ha podido acudir a la zona para conocer el clima que se respira en la zona apenas unas horas después de la brutal pelea. Los vecinos y viandantes del barrio tienen experiencia en lidiar con sucesos parecidos. Su realidad es la de un vecindario acostumbrado a los robos, las peleas y los ataques desde hace años a causa del Centro de Primera Acogida Casa de Campo. Este nuevo suceso no ha pasado desapercibido en el barrio. A pesar del aumento de la presencia policial, los vecinos siguen sintiendo que hay un problema de fondo que resolver.