Juan Rubiales cuenta cómo lo llamó su sobrino cuando no quiso cometer irregularidades: "Aguafiestas"

Todo comenzó a cambiar cuando Luis Rubiales aterrizó en la Federación Española de Fútbol. "Yo tenía una relación de tío-sobrino, más carnal, y cuando llegó a la Federación, la relación es más laboral y profesional. Me doy cuenta de que a él se le sube a la cabeza. Me pidió que no le llamara Luis, sino presidente". Es el testimonio de Juan Rubiales, tío de Luis Rubiales, exdirectivo de la RFEF. En una entrevista en 'El Cascabel' de TRECE, Rubiales ha relatado cómo empezó a sospechar de las presuntas irregularidades de su sobrino.

"El momento clave fue unos meses después, con el abogado Tomás González Cueto, su brazo armado. En una reunión Luis le dijo a Tomás que teníamos que ir guardando dinero por si nos iban mal las cosas. Yo que había escuchado tantas cosas de corrupción en el periodismo dije que no quería participar. Me dijo que era un aguafiestas y que es muy duro ver cómo pasan los millones por la mano y no se te pega nada. Yo le respondí que no quería que se me pegara nada. En ese momento no pensé que esto llegara a tanto", le ha contado a Antonio Jiménez en la entrevista en TRECE. "Más tarde empecé a escucharles hablar de Arabia, de Cabo Verde, de terrenos... y cada vez me fui alejando más. En agosto de 2020 me llaman a una reunión y montaron una fiesta con unas doce chicas. Yo me fui y me volvieron a llamar aguafiestas", ha añadido.

¿Qué relación tenía Luis Rubiales con Koldo García?

El tío de Rubiales, que entre sus llamativas declaraciones en 'El Cascabel' ha asegurado que mantuvo una reunión con Koldo García en la que le pidió que llevaran a la selección española a Zamora, de cuyo club de fútbol era presidente Víctor de Aldama, ha afirmado también que "Rubiales quería que a su padre le llegara mensualmente dinero desde la Federación".

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Los lazos de Rubiales con La Moncloa, en especial con Sánchez, siempre han sido muy estrechos, según ha publicado algunos medios. Una buena relación que se enfrió tras el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso y que derivó en un distante y frío saludo de Sánchez a Rubiales en La Moncloa, cuando recibió a las ganadoras del mundial de fútbol. Tras ese breve apretón de manos, el presidente del Gobierno, en rueda de prensa, calificó de "inaceptable" la actitud de Rubiales con Hermoso.