Valentín, sobre los homenajes etarras: "Quién debe prohibir estos hechos es el delegado del País Vasco"
El presidente de Dignidad y Justicia pone de manifiesto que "pueden decir lo que quieran, saben que hay una hoja de ruta para salir de las cárceles"
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Víctor Valentín, vicepresidente de Dignidad y Justicia, ha estado en ‘El Cascabel’ de TRECE para analizar la legalidad de los homenajes a etarras.
Valentín lamenta que “esta etapa aún no ha acabado, hay una tendencia y unos datos que dicen que ha disminuido pero la realidad es que hay más actos de enaltecimiento pero son más primarios, para que el delito de enaltecimiento se cumpla tiene que tener difusión pública, pero no hay que olvidar que estos hechos se hacen siempre bajo el amparo de una asociación que se financia con dinero público, por lo tanto es realmente grave”.
Sin embargo, el vicepresidente afirma que “a pesar de solicitar que se anulen a la Audiencia Nacional que los prohíban pero nunca lo prohíben, es cierto que la jurisprudencia en estos años ha sido convulsa y el delito ha tenido muchos altibajos con votos particulares. La sensibilidad de las víctimas ha quedado bajo, parece difícil que el enaltecimiento sea punible en nuestro país y la humillación a la víctimas continua. Si lo trasladamos a la vía administrativa, quien debe prohibir estos acontecimientos es el delegado del País Vasco ya que no es efectivo el delito de enaltecimiento del terrorismo por dejadez institucional.
“Cuando comenzó el delito de enaltecimiento en el año 2000 la tendencia era alineal, precisamente porque el artículo define dos conductas: el enaltecimiento y la humillación a las víctimas, y todo era enaltecimiento. ETA y sus organizaciones satélite lo que han hecho hacer es aprovecharse del buen uso y disfrute de usos fundamentales para enmascarar su terrorismo diciendo que la libertad de expresión se les cortaba, entonces Europa marcó una directriz que para no entorpecer la libertad de expresión que decía que teníamos que tener en cuenta que el enaltecimiento solo podía ser en aquellas organizaciones activas, en definitiva, cualquiera puede decir lo que quiera que no va a recibir ni una pataleta judicial y estamos normalizando el terrorismo de ETA”.
Sobre un posible ambiente de mal entonamiento por parte de los terroristas frente a las víctimas pone de manifiesto que “hay una tranquilidad absoluta, saben que hay una hoja de ruta para salir de las cárceles y tienen el poder del que hubieran soñado antes usando las armas. Siempre han sido valientes con las pistolas y ahora hay mal entonamiento desde las instituciones, hacen lo que quieren, tienen varios actos a lo largo del año y nunca les pasa nada, es síntoma de buena salud democrática que los ciudadanos se muestren molestos con esto e independientemente de la ideología debemos tachar estos hechos. Van a conseguir que en generaciones futuras se hable de guerra civil con esta normalización”.