José Luis Pérez: "Nos estamos jugando literalmente la vida y esto es un caos por parte del Gobierno"
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Yo creo que no ha quedado político que en las últimas horas no haya tachado de irresponsables, de hasta casi descerebrados, a quienes participaron este fin de semana, una vez que había decaído el estado de alarma, en esas fiestas multitudinarias en las que no se cumplía, no se respetaba, ninguna de las medidas de seguridad sanitaria.
Ojo, que no les falta razón en ninguno de esos calificativos. Es verdad: son descerebrados y son irresponsables. Enormemente irresponsables. Eso no es la libertad. Esto lo dicen los filósofos: existe la paradoja de que la libertad llevada al extremo se convierte en tiranía. Bueno, eso es lo que hemos visto por parte de algunos (es verdad que una minoría) en las calles durante este fin de semana, después de que decayera el estado de alarma.
Ahora bien: una cosa son las palabras y otra los hechos. ¿Y qué han hecho los políticos (significadamente el Gobierno) para evitar que esas escenas se puedan repetir (porque irrresponsables va a seguir habiendo) el próximo fin de semana? ¿Qué han hecho? Nada. La nada. Cero. Pueden repetirse perfectamente el próximo fin de semana.
Porque el Gobierno, más de un año después del comienzo de la pandemia, en las últimas horas, ha dicho hasta cuatro cosas, y las cuatro contradictorias. Insisten, para empezar, en que las Comunidades Autónomas tienen suficiente marco legal para poder tomar decisiones. A la vista está que no: hay tribunales superiores de justicia que están diciendo cosas diferentes. No es lo mismo lo que ha dicho el tribunal de justicia de Canarias que lo que ha dicho el de la Comunidad Valenciana. Luego mucha seguridad jurídica es evidente que no hay.
El Gobierno, después, ha dicho lo contrario. Oiga, las Comunidades Autónomas que quieran más medidas que nos pidan el estado de alarma. ¿Pero no está diciendo el Gobierno que no hace falta, que ya tienen suficiente? Se llevan la contraria.
En las últimas horas, también el Gobierno ha dicho que está dispuesto a hacer lo que la oposición ofreció hace ya meses: una reforma legal precisamente para eso, para que las autonomías tengan un mayor y un mejor paraguas legal.
Y para rematar la jugada, cuarta versión, esta misma tarde el presidente Sánchez se ha llevado la contraria a sí mismo y a su ministro del Interior. Porque el propio Sánchez fue quien prometió esa reforma legal que ahora niega y esta mañana el ministro Marlaska ha insistido en que se pensarían lo de la reforma legal exprés. De verdad: no hay derecho. Nos estamos jugando literalmente la vida y esto es un caos por parte del Gobierno. Y un año después. ¿Hasta cuándo?