José Luis Pérez: "El PSOE nacional estaba entonces en manos de Rubalcaba"

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Si nos fijamos en los antecedentes del PSOE en torno a Navarra lo cierto es que no hay duda; no hay ambigüedad ninguna. Su comportamiento ha sido de enorme responsabilidad: en dos ocasiones, dos, ha prohibido (prohibido, como suena) al Partido Socialista de Navarra llegar al Gobierno Foral con el apoyo de los independentistas.

En 2007 los socialistas navarros lo tenían hecho. ¡Y entonces ni siquiera entraba en el acuerdo lo que hoy es Bildu! El acuerdo pasaba por Izquierda Unida y Nafarroa Bai (que era como se llamaba entonces el PNV en Navarra). Bueno, pues el entonces secretario general del PSOE, José Blanco, cogió el coche en pleno agosto, se acercó a Pamplona y rompió el acuerdo y lo justificó con un “No se dan las condiciones suficientes para gobernar con los nacionalistas”. Punto.

Hubo una segunda intentona de los socialistas navarros. Año 2014. Tenían ya escrita una moción de censura contra la entonces presidenta, Yolanda Barcina, de UPN. La situación era parecida a la de ahora: podía salir adelante, pero solo con los votos de Bildu.

El PSOE nacional estaba entonces en manos de Rubalcaba. ¿Su respuesta? Un comunicado a las 10 de la noche: “La comisión ejecutiva federal del PSOE ha acordado no formalizar la presentación de una moción de censura en el Parlamento Navarro y no votar a favor de ninguna moción que puedan presentar otros grupos, tras comprobar la imposibilidad de que esa iniciativa pueda salir adelante sin los votos de Bildu”.

Fin de la cita. Los antecedentes del PSOE, por tanto, insisto, no dejan lugar a dudas en Navarra: compromiso, responsabilidad y contundencia. Ahora, comparen las citas de José Blanco o de Rubalcaba, con lo que ha dicho el PSOE de Sánchez (al menos de momento) del tercer intento: “Se desmarca” de las negociaciones. No desautoriza, no descarta. Se desmarca.

Lógicamente, la exigencia no es la misma y la respuesta tampoco: las dos primeras veces los socialistas navarros acataron la directriz, aunque dejaron claro que no la compartían.

Al “se desmarcan” de ahora han respondido manteniendo la ronda de consultas y remitiéndose a lo que dijeron el día después de las elecciones: que iban a intentar gobernar (algo imposible sin los votos de Bildu).

Sánchez sabe que mirando para otro lado (como hasta ahora) no va a parar el tercer intento de los socialistas navarros de gobernar gracias a los votos de los independentistas. Ahora falta que lo demuestre como lo hicieron sus predecesores.