José Luis Pérez: “A Sánchez ahora le toca cortejar a Ciudadanos”

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Pues la verdad es que el resultado de estas elecciones autonómicas son casi un espejo que devuelve las siglas invertidas de lo ocurrido en 2015. Fíjense: si entonces, en 2015, un PSOE deprimido, amenazado por su izquierda, perdía votos pero ganaba poder autonómico y municipal, ahora ocurre lo mismo, pero con el PP. 

Con un mal resultado en votos, deprimido y amenazado por su derecha y por el centro, pues resulta que puede recuperar algunas de las alcaldías y gobiernos autonómicos que se le escaparon en sus días de gloria. De esa imagen del espejo incluso se diría que sale algo mas favorecida la foto del PP de hoy que la del PSOE de entonces.

¿Por qué? por el papel de los actores secundarios: el PP está en condiciones de encabezar los gobiernos que pueda llegar a pactar, mientras que el PSOE tuvo que conformarse con ser la muleta de aquellos auto llamados ayuntamientos del cambio. Gobiernos municipales de los que no queda ninguno, empujados por un Pablo Iglesias que parece cansado de todo, salvo de sí mismo.

Por eso seguramente Podemos es el único perdedor sin remedio de estas elecciones. Todos los demás pueden poner a sus males remedio con la negociación a muchas bandas que ha comenzado ya. Olvídense de las veces que han oído a Pedro Sánchez llamar derecha reaccionaria a ciudadanos. Ahora toca cortejarles.

Olvídense de las ocasiones en las que Pablo Casado ha ido a degüello contra Ciudadanos y de las veces que le han oído decir que no son de fiar. Ahora casado le va a proponer un matrimonio político a Rivera para mantener en los pactos lo que ha perdido en las urnas.

Del mismo modo que Ciudadanos, que ha dado en varias ocasiones por descompuesto al PP, no va a tener reparos de entrar en gobiernos con un partido que (si fuera verdad lo que decían) debería de oler a putrefacto. Con lo que se pega el olor, pero, como se ha acabado la campaña, ya no les importa. Es lo que va de una campaña a la posibilidad de pillar gobierno.