Pérez: "La única diferencia que marca el comienzo de la campaña es que ya pueden decir 'vótame'"

- 2 MIN

Hay que empezar por decir algo que parece de otro tiempo más oscuro (no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor) pero hay que empezar por desear que, en la campaña que arranca en un ratito, todos los candidatos puedan decir lo que les dé la gana, cuando les de la gana y donde les de la gana. Y que lo puedan hacer sin verse sometidos a empujones, a insultos y a amenazas.

Vamos, lo que viene siendo la democracia que a algunos totalitarios no les entra en la cabeza o lo que tengan mas allá del cuero cabelludo. Como a los radicales que hoy han intentado evitar una charla de Cayetana Álvarez de Toledo (candidata del PP por Barcelona) en la universidad.

La democracia no debe ser un acto de valentía como el que hoy han tenido que hacer Cayetana Álvarez de Toledo y los jóvenes que han organizado ese acto que han tratado de boicotear. Es doloroso tener que recordar lo obvio. Democracia es, por encima de todo, libertad. Es doloroso recordar lo obvio pero, como era necesario y una vez hecho, a lo que debería ser la campaña electoral que empieza ahora… Y no termina hasta finales de mayo. Que después de estas elecciones tenemos las autonómicas, municipales y europeas y todo, en buena medida se va a mezclar.

Ya saben que lo único que diferencia lo que va a pasar a partir de las doce de lo que viene pasando hasta ahora es que, desde las 12, los candidatos ya pueden pedir abiertamente el voto. A las 12 ya pueden decir “vótame”… Todo lo demás (frases para la galería, mensajes cocinados, algunos insultos al adversario y muy de vez en cuando alguna propuesta) todo eso ya lo vienen haciendo los candidatos desde hace tiempo. Hoy solo se añade el “vótame”.

Hay una vieja teoría que triunfa entre politólogos y periodistas según la cual “en una campaña no se ganan unas elecciones, pero si pueden perderse”. Bueno, teorías hay muchas, pero la práctica dice una cosa: sólo usted con su voto decidirá quien es el próximo presidente del gobierno. Así que, aunque tiene razón de quejarse por la pesadez de la campaña, convendría que, querido votante, se aplique en ella. Y si no, luego no proteste.

Temas relacionados