"Si lo de Ayuso es corrupción, lo de Begoña Gómez, imputada, debe ser pena de cárcel"

José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', ironiza con las palabras de Pedro Sánchez, quien afirma que el Partido Popular tiene un caso de corrupción por cada letra del abecedario, "de la A de Ayuso a la Z de Zaplana"

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La pregunta tras la imputación por primera vez en democracia de un fiscal general del Estado y su decisión posterior de atrincherarse en el puesto, pese a estar investigado por un posible delito, la pregunta hoy en realidad la hace el ministro de Justicia: “¿De verdad puede ser delito en nuestro país contar la verdad? ¿Desmentir un bulo propagado por un delincuente confeso, por su pareja y por su entorno político? ¿De verdad?”. Antes de nada, no descarten que el ministro se lo esté preguntando en serio. No descarten que el ministro de Justicia piense que en España es delito decir la verdad. Es más, a ver si va a ser eso. A ver si va a ser por eso que nos mienten tanto, porque piensan que decir la verdad es delito.

En fin, ironías al margen, en sus declaraciones tras la imputación por el presunto delito de revelación de secretos al fiscal general propuesto por Sánchez, el ministro de una tacada ya ha determinado en cuestión de segundos quién es el culpable, quién es un delincuente y hasta qué es y quién dice la verdad. De una tacada, todo a la vez. ¿Para qué necesitamos más Administración de Justicia si el ministro sirve para todo? Juzga, sentencia y determina hasta qué es la verdad.

No, en realidad al fiscal general del Estado no se le investiga por decir la verdad, se le investiga por revelar conversaciones que podrían haber generado indefensión a un ciudadano, en este caso al novio de Ayuso, pero es que mañana podría ser al propio Bolaños o a usted o a cualquier ciudadano. Se le acusa de violar una garantía básica, porque aunque el ministro de justicia se lo tenga que preguntar, decir la verdad en España no es delito, como tampoco por cierto es delito que un político nos mienta, incluso aunque ese político que nos mienta sea temporalmente el notario mayor del reino, sin ir más lejos. Aun así, puede mentir y no es delito, eso sí, pero mancha, y mucho.

Más de investigados, los miembros de esa organización criminal que se infiltró en varios ministerios del Gobierno de Sánchez, esto siguiendo la descripción que hace la Guardia Civil, pues a falta de explicaciones y en lo que se supone que ha dicho en su propio descargo, el presidente Sánchez a modo de respuesta lo que ha dicho hoy en el Congreso es que el PP tiene más casos de corrupción que él, para Sánchez tienen hasta el abecedario entero: “Tápense un poco, porque de la A de Ayuso a la Z de Zaplana tienen un caso de corrupción para cada letra del abecedario”.

Bien, vamos a trabajar con la hipótesis, aunque pueda parecer inverosímil, de que esta vez en eso que veían Sánchez hubiera dicho la verdad en la tribuna del Congreso. Si hubiera dicho la verdad, el caso Ayuso sería un caso de corrupción, así lo enmarca el presidente. En el caso de Ayuso, la justicia española y la justicia europea ni siquiera admitieron una denuncia por las mascarillas de su hermano y no admitieron esas denuncias porque no vieron ni siquiera indicios de que hubiera un caso. Luego, si eso es corrupción, que es lo que ha dicho el presidente, entonces lo de Begoña Gómez, imputada a día de hoy por tráfico de influencias y por corrupción en los negocios, entonces ¿eso qué es? Pues eso ya debe ser pena de cárcel directamente.

En el caso de Zaplana, que también lo menciona, Sánchez dice la verdad. Objetivamente, es un caso de corrupción con la sentencia que se acaba de conocer de la Audiencia Provincial de Valencia. Ahora bien, ¿cómo se puede defender al mismo tiempo que Rajoy debía conocer que Zaplana lo fue, un corrupto, y que, en cambio, Sánchez ni siquiera podía imaginarse que Ábalos hiciera lo que estamos viendo que se ha hecho? Qué difícil es defender lo indefendible.