"Es comprensible que Sánchez prefiera imaginarse gobernando en 2027, en lugar de reconocer su realidad en 2024"

José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', reacciona a las palabras de Pedro Sánchez tras conocer la nueva imputación de su mujer por apropiación indebida

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Pues ya han escuchado a Sánchez decir, decir desde la India, porque es difícil, realmente difícil escucharle en España, decir que no solo aspira a terminar esta legislatura, sino que ya da por hecho que será el candidato del PSOE en 2027, que es cuando sitúa las próximas elecciones, ya lo que decidan las bases de su partido y todo aquello, pues eso ya... Y añade además que volverá a ganar, dice, que las izquierdas volverán a ganar, que en esto último en realidad sobra lo de "volverán a ganar", porque en las últimas recordarán que las izquierdas no ganaron, otra cosa es que gobiernen.

Pero en el fondo es, es hasta humanamente comprensible que Sánchez prefiera imaginarse gobernando en 2027, en lugar de reconociendo su realidad en 2024, con un gobierno en un proceso de degradación paulatina, con varios casos de corrupción, investigaciones judiciales abiertas, con sus socios en descomposición y sin apenas señales de vida legislativa de un gobierno que bastante tiene con intentar sobrevivir, como para que le pidamos gobernar.

La lucha contra la corrupción fue precisamente una de las líneas básicas, esenciales, que se marcó Sánchez en su llegada a la Moncloa. Y la otra gran estrategia pasaba por hacer pasar a su Gobierno como el más feminista de la historia. Y esa promesa también se viene abajo, al menos desde el punto de vista de la coherencia con el caso de Íñigo Rejón, que es el portavoz parlamentario de la coalición de Gobierno, de uno de los partidos de la coalición de Gobierno, y que desde hoy ya formalmente está siendo investigado por la justicia por tres posibles delitos de agresión sexual.

Un caso que tal y como reconocía anoche la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, le obligó a tomar una decisión. Reconocía que tuvo que decidir entre taparlo o provocar una crisis interna en su partido. Yolanda Díaz presume de que decidió lo segundo, provocar una crisis en su partido. Pero quizá lo verdaderamente grave es que si tuvo que decidir es porque la otra opción, la de taparlo, también estuvo sobre su mesa en esos cuatro días que pasaron entre que se conoció la dimisión de Errejón, asumiendo comportamientos reprobables, lo que él simplemente llamó errores, cuatro días entre aquello y la comparecencia de anoche de Yolanda Díaz. ¿Se puede llegar a considerar, siquiera, a poner en el mismo plano que una crisis de partido a la hora de decidir la posibilidad de tapar, de encubrir un caso de abusos sexuales? Porque en el fondo es lo que está reconociendo la vicepresidenta cuando dice que optó por la crisis de partido. Y a lo mejor eso lo explica todo. “El Gobierno más feminista de la historia”, decían.