"¿Quién va a decidir si Carlos Mazón ha liderado o no la recuperación?"

En la sesión de esta tarde de esa larga comparecencia del presidente de la Generalitat Valenciana para explicar su gestión, la de su gobierno, durante esa enorme tragedia de la DANA, Carlos Mazón ha pronunciado la siguiente frase, “si no consigo liderar la recuperación, asumiré la responsabilidad política y no me presentaré a la reelección”. El sentido de esa frase parece dirigido a intentar aplacar, suerte con ello porque parece imposible, a quienes le piden ya su dimisión.

Pero lo cierto es que en el fondo es una frase bastante vacía, porque ¿quién, llegado el caso, quién va a evaluar si ha liderado o no la recuperación? ¿Quién lo va a decidir? Él mismo, ¿se lo va a preguntar a los valencianos en referéndum? ¿Lo va a decidir otra persona, lo va a decidir Feijóo, si ha liderado o no? Es más, ¿cómo se evalúa quién lidera la recuperación? Incluso, ¿quién evalúa si de verdad se puede hablar de recuperación? ¿Y cuándo se toma esa decisión? ¿Dentro de un mes, de dos meses, de dos años? ¿Y a quién iba dirigida esa promesa de hoy de Carlos Mazón? Una promesa que es lo más parecido a eso de una dimisión en diferido de lo que se había hablado esta semana. ¿Iba dirigida esa promesa a los valencianos o iba dirigida a los líderes, por ejemplo, nacionales de su partido?

Y sobre todo, quizás esto es lo más importante, con ese compromiso que se ha marcado esta tarde Mazón, basado en un único objetivo y además, como vemos, difícilmente medible, deja cierta sensación de interinidad que es difícilmente compatible con el liderazgo necesario para la recuperación que ha prometido.

Pero digamos que, al menos, Mazón ha pedido perdón y ha reconocido errores, sobre todo, es verdad, errores del protocolo de prevención, detección y avisos internos de las alertas antes de que las alertas lleguen a los ciudadanos. Ha estado algo menos contundente a la hora de valorar e incluso de pedir perdón por algunas de sus decisiones personales más controvertidas. Por ejemplo, ¿por qué ese día mantuvo su agenda? ¿Por qué reaccionó tarde? O, especialmente, ¿por qué renunció a pedir la emergencia y, por tanto, en la intervención del Estado, la misma noche vista la dimensión o intuida, al menos, la dimensión de la tragedia? Pero insisto en reconocer que, hay que reconocer que, al menos, Mazón sí ha dado ya explicaciones.

En cambio, en las últimas horas hemos conocido que la Confederación del Júcar, que depende del Ministerio de Teresa Ribera, no tenía un sistema de detección de riesgo de riadas en la zona con mayor riesgo de riadas de toda España, un sistema que sí tenían en otras cuencas. También que su Ministerio no envió a Bruselas el obligado plan de riesgo de inundaciones o que le dio a ese riesgo tanta importancia como que dejó escondidos en un cajón casi mil millones de euros que llegaron de Europa para obras que, ahora lo hemos visto, pueden ayudar a salvar vidas y que no se hicieron. La respuesta de Ribera a esas noticias. Dos días libres en su agenda oficial.