"El presidente Sánchez es, una vez más, todo coherencia"

Pues, además de predecir la vuelta del franquismo en España, es un riesgo que el presidente Sánchez dice que ve, parece que sin confiar demasiado, por ejemplo, en la estructura, en los resortes de la democracia, en esos resortes que se tejieron precisamente durante esa transición que su Gobierno, el de Sánchez, parece querer dejar en un segundo plano. Digo que, además de vaticinar esa vuelta del franquismo, como una posibilidad real en la España del siglo XXI, además, de eso, el presidente Sánchez ha alertado también del riesgo, ha dicho, del fascismo en toda Europa. Sostiene el presidente del gobierno que él está muy preocupado y que todos deberíamos estarlo, porque el fascismo es ya la tercera fuerza política en Europa: “El fascismo que creímos dejar atrás es ya la tercera fuerza política en Europa”.

Claro, se entiende que, por "el fascismo es la tercera fuerza política en Europa”, el presidente Sánchez se refiere a las formaciones de Viktor Orbán o de Giorgia Meloni en Italia, a la que Sánchez, por cierto, acostumbra llamar como “querida Giorgia”, en sus encuentros personales. Claro, la pregunta sencilla que surge de inmediato, al escuchar al presidente del gobierno tan preocupado por ese ascenso, es, entonces, por qué acaba de pactar con ellos. ¿Por qué ha sido Sánchez, quien por primera vez, desde el Partido Socialista, ha aceptado que entren en el gobierno europeo, tanto un comisario del partido de Orbán, como otro comisario europeo del partido de Meloni? Y todo a cambio de que Teresa Ribera también entrara en esa comisión. Teresa Ribera, pasando de gritar un “no pasarán”, a compartir gabinete. También a ella se le ve preocupada, tanto como al presidente. Tanto como al presidente que, una vez más, ya lo ven, es todo coherencia.