"A Sánchez le gustaría que el de los diputados fuera como el Congreso de su partido, todo aplausos"
José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', recuerda todos los presuntos delitos por los que José Luis Ábalos tendrá que declarar este próximo día 12 como imputado en el Supremo
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Pertenencia a organización criminal, cohecho, que en su caso podría pasar por aceptar sobornos según algunos cálculos de hasta dos millones de euros, que es lo que se ha contabilizado hasta ahora, y también tráfico de influencias. Esos son los presuntos delitos por los que José Luis Ábalos tendrá que declarar este próximo día 12 como imputado en el Supremo.
Ábalos es todavía hoy diputado en el Congreso de los Diputados. Lo sigue siendo porque él se aferra al escaño, Sí. Pero lo puede ser porque el presidente Sánchez le situó hace apenas un año en un puesto preferente de las listas electorales, tan preferente como para garantizarle que obtendría ese escaño. Y lo hizo cuando ya había algo más que dudas sobre su comportamiento, entre otras las dudas que le llevaron al propio Sánchez a apartarle del Gobierno. Incluso, dicen, que hasta un informe de nuestros servicios secretos en torno a los gastos del entonces ministro.
Que un ministro, además no precisamente un ministro precisamente de paso, sino la mano derecha de Sánchez, al que situó al frente del partido, al que concedió el mayor presupuesto de su Gobierno, que un ministro esté imputado por delitos tan graves, eso ya de por sí hubiera supuesto la caída de un Ejecutivo. Que un ministro tuviera que sentarse ante el Supremo con una imputación de este calibre es que hubiera supuesto la caída de cualquier gobierno español antes de Pedro Sánchez.
Pero que al presidente no le gusta rendir cuentas, a estas alturas ya no es ningún secreto. ¿Cómo lo va a ser en un presidente que no ha tenido reparos en reconocer que está dispuesto a gobernar incluso llegado el caso sin la necesidad del Congreso? A él le gustaría que el de los diputados fuera como el Congreso de su partido, todo aplausos, e incluso al que no es lo suficientemente entusiasta se le silencia.