El país europeo ha sido pionero en aplicar un control sobre los móviles de los menores

Italia se ha postulado como uno de los primeros países en Europa que restringe a los menores de edad el contenido de Internet destinado a adultos. El objetivo de esta medida, conocida como “control parental del estado”, reside en que los menores no puedan acceder a contenido inapropiado, entre ellos juegos de azar y otro tipo de contenidos que inciten al odio, a la violencia, al suicidio o a las dogas, entre otros.

La clave para este bloqueo la tienen las compañías telefónicas, que desde el pasado martes 21 de noviembre estarán obligadas a impedir, a través de la tarjeta SIM, el acceso a contenidos dirigidos a adultos a aquellos menores de dieciocho años que no cuenten con control parental en sus dispositivos móviles. Sin embargo, esta medida no ampara el contenido que se encuentra dentro de las redes sociales, como puede ser el relacionado con las casas de apuestas. Además, la medida también puede ser burlada si los menores cuentan con una tarjeta SIM que está a nombre de sus padres, como suele ser habitual en Italia.

Por esta razón, en 'TRECE Al Día' hemos conversado con Vanesa Jaén, madre de una hija de once años y residente en Italia, para conocer cómo están viviendo los padres esta nueva medida y las claves de esta restricción. De este modo, Vanesa ha explicado que “los padres tenemos un código pin de cuatro cifras que lo podemos insertar y cambiar los parámetros” de un contenido, que recalca Vanesa ”ni siquiera los mayores tendríamos que tener acceso”. Asimismo, esta medida no solo restringe a los menores el acceso a contenidos de Internet destinados a adultos, sino que también permite a los padres limitar el número de horas que pasan en la pantalla, “después de esa hora se bloquea el teléfono”, explica Vanesa.

Se calcula que el 85 % de los adolescentes italianos de entre 11 y 17 años utiliza diariamente un smartphone, mientras que el 72 % navega por internet frecuentemente. Por lo que, pese a los ámbitos que no ampara la normativa, esta medida pretende proteger a los menores de edad que residan en Italia del consumo de contenidos destinados a adultos y que estén relacionados con la violencia, las drogas, las apuestas o la intolerancia, entre otros.