Pascual Saorín, misionero en Japón: "No se han hecho muchos test, no son necesarios, la gente se autoregula"

En TRECE, volvemos la mirada a Japón para conocer cómo se vive en el país del sol naciente la pandemia de coronavirus

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El espacio "TRECE te acompaña" viaja hasta Japón para conocer a Pascual Saorín, misionero en el país del sol naciente, quien ya ha acabado su labor misionera en Japón tras 19 años. "Tenía previsto viajar a España el 23 de abril, pero como no hay vuelo, estamos esperando". Pascual explica que "a mitad de febrero ya se detectaron en el país algunos contagios, por lo que el Gobierno automáticamente estableció normas de higiene y relaciones sociales, y en apenas 15 días los contagios bajaron muchísimo , parecía que estaba controlado. Pero hubo un puente a mitad de marzo y salieron, sobre todo estudiantes, y se expandió el virus. Ahora estamos en una situación de rebrote muy controlado, porque estamos hablando de 16.000 casos y 646 muertos. Se ha trabajado mucho la detección rápida del foco, la paralización de la persona infectada y del control del entorno social para evitar contagios". Pascual apunta que no se han hecho muchos tests "pero no hace falta porque la gente se auto regula. Es una cultura muy diferente a la española. Las relaciones sociales son pocas y el contacto físico es prácticamente nulo. En ambientes cerrados es donde hay más peligro, por eso en iglesias hemos evitado aglomeraciones".

El misionero explica que hay un hábito de higiene muy arraigado, y que "en cuanto están un poco resfriados, usan la mascarilla. En Japón el hecho de no mostrar la cara no tiene el sentido negativo que puede tener en Occidente". Pascual señala que la cultura mediterránea ha sido perjudicial a la hora de la contención de la pandemia y apunta a la necesidad de "japonizar España". El misionero que, pese a que hay hospitales cerrados por no poder atender a lo enfermos, nadie protesta porque "en Japón hacerlo es salirse de la norma, y eso ha hecho que en Japón mucha gente mayor haya muerto en casa de "neumonía". Japón tenía previsto organizar los Juegos, por lo que estuvieron intentando no trasladar imagen de alarma hasta el final. No es oro todo lo que reluce, la Sanidad no es pública del todo, y hay personas que no pueden hacer frente a una estancia en una UVI por lo que la gente aguanta en casa. Japón es un país muy envejecido, y esa gente no protesta, sufre en silencio y esta muriendo de neumonía o de otras enfermedades porque no se atreven a salir ni a hacer la compra".

En la vertiente económica, señala que el Gobierno va a repartir ayudas a toda la población para hacer frente a la crisis y añade "será un golpe a la situación económica, pero el país saldrá adelante". En Japón, la Constitución no permite el confinamiento, y además, "la población se regula, por lo que no hace falta".

Sobre la labor de la Iglesia, explica que instituciones como Cáritas son "una UVI social, pero una persona no puede estar ingresada permanentemente es necesaria Justicia Social para sacar a las personas de esa situación, y eso se hace repensando nuestra sociedad y los valores. Es época para abrir los ojos y contribuir, es necesario Educación", concluye.