Yeraldine y Arturo, Ecuador: "Nunca pensamos que podríamos ver así a la sociedad española"

En 'TRECE te acompaña' hablamos de cómo afecta el cornavirus a los migrantes con Alberto Ares, Servicio Jesuita a Migrantes, y con una pareja de Ecuador que ha superado la enferdad

Redacción TRECE

Publicado el - Actualizado

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Esta semana en "TRECE te acompaña", hablamos de migrantes y coronavirus con Alberto Ares, del Servicio Jesuita a Migrantes, y escuchamos el testimonio de Yeraldine y Arturo, migrantes ecuatorianos que enfermaron y afortunadamente se han recuperado. Con ellos conversa Ana Medina.

Alberto Ares trabaja desde hace años con familias y comunidades migrantes. Con el confinamiento, el Servicio Jesuita Migrante "ha intentado centrar la atención en las necesidades que estos colectivos estaban teniendo, dando una respuesta adaptada a esta situación de crisis. Desde necesidades urgentes hasta búsqueda de empleo. También desde el Instituto de Estudios sobre Migraciones de la Universidad de Comillas hemos intentando profundizar un poco más en lo que está pasando".

Ares explica que las consecuencias de una situación como la que vivimos para una persona migrante son por un lado "la falta de una red social. Nosotros estamos aislados pero estamos conectados con nuestras familias, ellos las tienen a miles de kilómetros y en muchas ocasiones sin poder hablar con ellos. También a nivel laboral, pérdida de empleo, y a nivel social discriminación, xenofobia". Alberto Ares apunta que junto al miedo que acompaña esta situación y que, en ocasiones, se traduce en temor al que viene de fuera, también han visto como surgían experiencias positivas cargadas de solidaridad. "Hay que poner en valor que la población migrante convive con nosotros, son población activa y contribuye con el pago de sus impuestos a nuestro bienestar, Seguridad Social. No sólo necesitamos esa población migrante, sino que están aportando con mucha ilusión y soportando, en ocasiones, discriminación. La pandemia nos debe hacer reconocer no solo debilidad sino también cuánta población migrante está sosteniendo nuestra sociedad. Hay un gran reto de regularización en España, porque si son parte de la solución no pueden ser parte del problema"

Junto a Alberto Ares, Ana Medina conversa con Yeraldine y Arturo, una pareja de Ecuador que llevan 18 años en España. Ambos se conocieron en nuestro país y han formado una familia con tres hijos. Yeradíne trabaja como sanitario en una residencia de ancianos y explica que al principio "la situacion fue muy dura". Dos semanas antes de la declaración del estado de alarma, ella comenzó a tomar sus propias precauciones, y dejó de quedar con amigos y familia. "Unos días después mi hijo comenzó con mucha tos, como es asmático, nosotros y la pediatra pensamos que se debía a eso. Pero, el día 19 de marzo tenía mucha fiebre, mucha tos, sospechamos que era algo más. La pediatra nos dijo que creía que era coronavirus pero que no había pruebas para hacerle, por lo que nos recomendó que nos quedáramos en casa. Dejé de ir a trabajar, y cinco días después, mi marido y yo desarrollamos la enfermedad. Nos examinaron y nos dijeron que pasáramos la cuarentena en casa y que intentáramos tener cuidado con los niños. Ahora ya nos han dado de alta y podemos emperzar a hacer vida normal".

Arturo cuenta por su parte que es camarero y que su empresa tiene ahora mismo a 1.500 empleados en ERTE. Para él sin duda alguna, lo más duro es que durante tres semanas no podía tocar a sus hijos, "me dolía en lo más profundo de mi corazón. En mi país tenemos la costumbre de dar la bendición a nuestros hijos por la noche, así que decidimos seguir haciéndolo pero sin tocarlos, fue muy duro"

Yeraldín reconoce que vivir esta crisis en España ha sido un shock para ellos y para otros compañeros migrantes. "En nuestros países tenemos dengue, cólera, pero no pensábamos que nos enfrentaríamos aquí a una situación así" y añade, "yo tuve que dejar de trabajar, algunos compañeros enfermaron, pero otros decidieron continuar. Muchos de ellos eran migrantes. Si tienes las herramientas para hacer frente es más fácil superar esta situación, pero para las personas qué no tienen Seguridad Social y no pueden pedir asistencia es mucho más difícil, Ojalá esto nos ayude a trabajar de otra manera Nos vamos a tener que adaptar a otro mundo"

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