El día que Antonio Herrero entró en el zulo de Ortega Lara

El comunicador fue todo un maestro de la radio. En COPE rescatamos algunos de sus históricos momentos en nuestra antena

Javier Escartín

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Aquel puente de mayo de 1998, Antonio Herrero se marchó a Marbella, a su refugio. El lugar en el que encontraba el deseado descanso. En la ciudad malagueña le gustaba disfrutar de sus amigos, de su familia y de la pasión que acabó con su vida: bucear.  Sus más allegados recuerdan que unos de esos primeros días de mayo Antonio quería meterse en el agua pero dudaba. El día estaba feo, la temperatura no era buena, el agua no estaba bien y además la noche anterior había cenado mucho. Pero el hombre al que nada parecía asustarle se metió en el mar. Y allí, entre las olas, encontró su final. Tenía 43 años.

Con su muerte se iba un referente de la radio, un hombre que manejaba como nadie las herramientas del viejo medio. Los silencios, las reflexiones, la dulzura o el tono áspero de las palabras… Antonio Herrero dejó momentos para la historia. Tras pasar por Antena 3 Radio, aterrizó en COPE en 1992. "El objetivo es servirles diariamente. Con absoluta independencia, con absoluta libertad, con absoluto distanciamiento de cualquiera que quisiera intervenir o acercarse al guion de este informativo", dijo en sus primeros segundos de antena en COPE. 

Uno de los momentos más recordados en su trayectoria en COPE sucedió el 7 de julio de 1997. Aquel día, Antonio Herrero visitó el zulo en el que Ortega Lara había permanecido secuestrado más de 500 días. El poder de descripción de Antonio impresiona aún a día de hoy. "El zulo es lo más impresionante que todos los oyentes puedan imaginar. Una habitación enana, con unas maderas de chapa que gotean humedad (...) Es lo más lóbrego y terrorífico que he visto. Ni siquiera los campos de concentración nazis que he visitado tienen la crueldad que tiene esto (...) No hay absolutamente ninguna luz exterior ni atisbo de humanidad. Este zulo se tendría que mantener tal como está para dar testimonio del horror y la bestialidad a la que llegan estos criminales (...) Yo me doy con la cabeza en el techo en el punto más alto. Y aquí pasó 532 días este hombre, la mayor parte del tiempo en cuclillas intentando protegerse a sí mismo, refugiándose en su propio cuerpo", contaba a la audiencia de COPE. 

El 1 de julio la Guardia Civil localizó el zulo en el que Ortega Lara estuvo cautivo durante más de 500 días. Y apenas unos minutos después de saltar la noticia, Herrero entrevistaba a una feliz Domitila Díaz, esposa de Ortega Lara. "¿Te vas a Intxaurrondo? Pues vete allí, que es lo primero, gracias", le dijo. 

Una de sus entrevistas más humanas e impactantes en COPE se produjo el 28 de septiembre de 1995. Un atraco con rehenes. Antonio quería hablar con quien tenía retenidas a esas personas para hacerle entrar en razón. "Las cosas solo pueden ir a peor. (...) ¿Te sirve de algo si te prometemos ayudarte y echarte una mano si dejas esa escopeta y sales? Nunca es tarde Jose. Lo que no puedes es tener a esas personas secuestradas. (...) Deja ese arma y no te compliques la vida. Que bastante complicada la tienes", le dijo intentando que diera por finalizado el secuestro. 

El 30 abril de 1998 se escuchó por última su voz en COPE. Eran la seis de la mañana de un día cualquiera, que no resultó ser cualquier día. Ese día nos dejaba para siempre Antonio Herrero. Todo un ejemplo de un profesional que hizo de la radio su medio de vida. Y la radio se hizo más grande gracias a él