El desplome de la música en 2020: 50 mil conciertos suspendidos y una caída del 35% en grabaciones
Casi el 90% de los conciertos han quedado en nada y el sector prevé para el próximo año una situación muy oscura
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Aún no ha calculado la cantidad exacta de los conciertos que han sido suspendidos o aplazados debido a la pandemia, pero son “entre el 80 y el 90% de los que estaban previstos” nos asegura Alberto Salmerón, que representa a los empresarios de la música en vivo. Los festivales no lo han llevado mejor “algunos se han adaptado a las circunstancias con versiones más reducidas, pero han sido los menos”. Las salas de conciertos, están cerradas, algunas definitivamente porque su licencia de actividad se enmarca en el “ocio nocturno” lo que las ha condenado por las medidas sanitarias, a cerrar sus puertas. Las giras importantes, en especial las internacionales se están aplazando para el último cuatrimestre del 2021 y muchas ya para el 2022. La situación es de “emergencia total” asegura Salmerón, porque “trabajamos con total incertidumbre y no podemos planificarnos adecuadamente. No abrimos o cerramos al día siguiente. Necesitamos meses para planificar un concierto con meses de antelación”.
El sector de la música en vivo contiene el aliento esperando que pronto tengamos “una distribución masiva de la vacuna”. Trabajan ya planificando conciertos para el próximo año. En el primer cuatrimestre serán igual que ahora, “irá variando en función de las restricciones, y esperamos que sean más laxas. Habrá restricciones de aforo al 75%, aunque depende del sitio pueden ser más o menos. La mascarilla seguirá presente. En la segunda parte del año, se ve lejos y no sabemos qué va a pasar”.
Trabajan ya en la posibilidad de hacer test rápidos a los asistentes antes de cada concierto, de hecho “se iba a hacer en octubre prueba piloto en sala Apolo de Barcelona en colaboración de hospital Cam Ruti de Badalona, y no pudo ser, pero sigue en preparación, se hará próximamente y podría ser una prueba de lo que podría pasar, Una solución hasta que no llegue una inmunización de grupo en nuestro país”. La música en vivo reclama un patrón común para toda España: que las medidas solo cambien de un lugar a otro en función de las cifras de contagio.
Música grabada
La música en streaming ha sido realmente el único factor que ha crecido este año, con las tiendas de discos cerradas y sin conciertos, encerrados en casa… Muchas personas que nunca habían consumido música de esa forma, lo descubrieron. “Es el único producto que está compensando algo las pérdidas del sector” asegura Antonio Guisasola, portavoz de los productores de música grabada. Los hábitos han cambiado, cuenta, “la gente se ha acostumbrado a acceder a estos servicios, han aparecido conciertos virtuales. Son medidas indeseadas, pero nos hemos abierto camino buscando alternativas. Son actividades que han tenido éxito pero que no son solución. Se pierde mucha experiencia. Son alternativas para salir del paso, para no perder contacto con el público, pero no es la forma”.
Pero las cifras tampoco son para echas cohetes, asegura Guisasola “Las descargas han subido, creciendo en torno a un 15, 16% menos que el año pasado. Pero han bajado los ingresos”. Mucho peor lo lleva el consumo de formato físico” hasta septiembre había descendido un 35%, una caída que es más dolorosa porque en el 19 había crecido. Gisasola es consciente de que el formato físico está en decadencia “, va cayendo poco a poco frente al digital, seguía siendo un sector relativamente fuerte, pero este año se ha llevado un mordisco importante. Se compra en internet, pero no es lo mismo que acudir a una tienda buscando un disco y luego te llevas dos, al final”.
Se ha mantenido sin embargo la grabación de discos. Los artistas que tenían previsto grabar un nuevo trabajo lo han hecho “con más medidas de seguridad, más caros y con más complicaciones”, Si se ha demorado muchas salidas al mercado por la dificultad de promocionarlos, aunque esperan que en estas semanas previas a la Navidad salgan.
Aunque las medidas de seguridad son buenas, explica Antonio Guisasola “nuestra esperanza es que aparezca la vacuna y perdamos el miedo a encontrarnos en espacios comunes”.