Hibristofilia y el efecto halo: los motivos por los que el espectador romantiza a asesinos como Jeffrey Dahmer
'Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer' se estrenó el pasado 21 de septiembre y esto ha despertado cierta admiración e interés por el asesino real: el Monstruo de Milwaukee
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'Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer' se estrenó el pasado 21 de septiembre y no ha tardado en causar revuelo desde entonces. Gran parte de la audiencia se mostró escandalizada por los brutales crímenes que se han recordado en Netflix, mientras que otros han señalado su admiración por el gran trabajo de Evan Peters como protagonista.
No obstante, muchas de las reacciones de la audiencia preocuparon al propio actor. "Está bien, pero ¿Por qué Evan Peters es tan sexy como Jeffrey Dahmer?", decían algunos espectadores.
Como consecuencia, Peters quiso pronunciarse al respecto y aseguró que su objetivo es "honrar la memoria de quienes fueron afectados", por lo que pusieron como regla general mostrar únicamente la posición y voz de los perjudicados: "Esta regla se dio con la intención de no ‘embellecer’ o ‘romantizar’ todo lo que se expone en la serie. No hay necesidad de ver estos horribles eventos una y otra vez en cada una de las escenas", señalaba para hacer hincapié en que no se olvide que Dahmer, también conocido como el Monstruo de Milwaukee, era un asesino en serie que abusaba de menores y asesinó a 17 de ellos.
"Estaba muy asustado por todas las cosas que hizo él (Dahmer). Sumergirme en eso y tratar de comprometerme al personaje fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en mi vida, porque quería que fuera muy auténtica y sabía que me llevaría a lugares muy oscuros", agregaba tras afirmar que investigó cada uno de los casos y que quiso desarrollar el personaje siendo lo más respetuoso posible con la memoria de las víctimas del asesino.
No obstante, el interés por este personaje real ha aumentado desde la emisión de la serie. Hasta tal punto que han llegado a pagar 150.000 dólares por las gafas que Dahmer llevó en vida y con las que fue detenido. No obstante, parece que la tienda de subastas de Vancouver 'Cult Collectibles' no es la primera vez que vende este tipo de objetos.
Según cuenta Taylor James, el dueño de la tienda, a TMZ, una "ama de llaves" del padre del asesino tenía en su posesión una gran cantidad de sus objetos personales y se los hizo llegar a cambio de un porcentaje de las ganancias.
Asimismo, el dueño reconoce que no había demasiado interés por estos objetos hasta que se dio el éxito de la ficción. Desde entonces, no ha dejado de recibir mensajes de gente que quiere comprar algunas de sus posesiones personales como sus cubiertos, su biblia, fotos familiares originales o papeleo. De hecho, no son las primeras gafas del asesino que vende. En esta ocasión, James no ha hablado de la cantidad por la que las vendió, pero apunta que el comprador era de "alto perfil".
Pero no es la primera vez que los espectadores romantizan la figura de un asesino en serie. Ya se dio una situación similar cuando Ross Lynch interpretó a Dahmer en 'My Friend Dahmer' o Zac Efron dio vida a Ted Bundy en 'Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile'. Sin embargo, esto parece tener una explicación. Según la psicóloga Silvia Sanz, esta idealización se puede dar por la forma de escribir el guion al profundizar en los motivos que llevó al asesino a llevar a cabo los crímenes y no en cómo repercutió en la vida de las víctimas y sus familiares.
"Se pone mucho énfasis en buscar a los culpables del comportamiento del protagonista"
"El guion está hecho de tal manera que pone mucho énfasis en humanizar y entender al asesino. Es verdad que el aspecto físico, con esa cara de bueno, aniñado, guapo... Al verle así, mucha gente piensa que tiene que ser bueno", comienza explicando Sanz. "Se pone mucho el foco en el asesino y no se cuenta tanto sobre las víctimas. Por lo tanto, se intenta entender al protagonista", agrega.
"A lo largo de este tipo de docuseries se habla mucho de las causas que llevan al criminal a realizar estos actos y esto hace que los espectadores empaticen con el asesino porque se le deja ver solo como un malvado que debe ser castigado. Si se pusiera más el foco en la vida de las víctimas, en las ilusiones que tenían, sus relaciones, su pasado, las ilusiones que tenían... Y no se mostrara solo el momento del asesinato y algunas pinceladas de su vida, quizás se empatizaría menos con el criminal y no se romantizaría tanto al personaje", aclara la psicóloga clínica.
"Porque, además, en esta serie en concreto se pone mucho énfasis en buscar a los culpables que había detrás del comportamiento del protagonista como que el trato de los padres podía haber contribuido a estos trastornos psicológicos y esto le victimiza un poco", apunta, haciendo una referencia concreta a la trama de 'Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer' tras analizar que el conocer cómo se siente el asesino por la "falta de empatía familiar o la represión por su referencias sexuales" es lo que provoca que "se humanice y empatice con este personaje".
A pesar de ello, la experta considera que estas series se harán para "entretener y documentarnos", por lo que solo puede ser "perjudicial a medida que la audiencia intente imitar estos comportamientos". Sin embargo, es "inevitable despertar ese morbo colectivo por los actos violentos", lo que se provoca que se construya esa imagen de los asesinos. Es entonces cuando se da el problema de que "a veces el espectador no diferencia entre ficción y realidad y olvidamos los horrores que han vivido las víctimas".
De la misma manera, también tiene mucho que ver el actor que da vida a este tipo de personajes. "Como espectadores alabamos ciertas características de los actores y, entonces, se idealiza y se llega a justificar los actos a través de la historia de la vida del asesino", reflexiona Sanz al respecto. A pesar de ello, no hay que olvidar a los espectadores, ya que "también hay que ver el tipo de personas que suelen admirar a estos actores o a estas personas que cometen estos crímenes, y la mayoría suelen ser una figura femenina".
Esto se debe a que "muchas mujeres tienen fijación en los 'malos' u hombres con un pasado difícil y se sienten atraída por el papel de cuidadora y salvadora": "En estas películas, a veces, forman esa idea del amor romántico, normalizando acciones destructivas como 'si tienes celos es porque te quiere' o 'el amor todo lo puede'".
"A veces se justifica el maltrato o el abuso. Entonces, yo creo que este es un problema. Es importante no idealizar este acto, que es totalmente descabellado e inmoral, y no romantizar la maldad, que se rebaja mucho con esta imagen tan seductora del actor".
Hibristofilia y el 'efecto halo'
Pero esto no solo pasa en la ficción. Este tipo de casos también se han visto en situaciones reales, ya que sucedió lo mismo con muchos asesinos en la vida real como Richard Ramirez, Charles Manson o Ted Bundy. Incluso comenzaron a tener fans que les esperaban a las puertas de los juzgados a pesar de todos los crímenes y asesinatos que habían cometido.
Tal y como explica Sanz, esto puede explicarse con el 'efecto halo', "que es cuando se percibe un rasgo positivo de una persona y tu juicio sobre ella se puede ver influenciado positivamente para valorar el resto de los aspectos". "Entonces, cuando tu te formas una impresión de los demás no te basas únicamente en la información objetiva de lo que ha sucedido. Tu construyes una imagen con lo que ya conocías, entonces, a veces, juntas características de una persona con bastantes sesgos", explica.
Además hay personas que padecen 'hibristofilia', "que es la atracción sexual por gente peligrosa y es esa tendencia a que te atraigan personas que han cometido algún tipo de crimen, algún delito o que están al margen de la ley". Por este motivo, "hay personas que se sienten atraídas por delincuentes. Al igual que pueden tener un sentimiento de que pueden cambiar a estas personas, hacer que se arrepientan de los delitos...".
En este caso, el problema también está en las personas que se sienten atraídas por estos perfiles, por lo que se debe poner el foco en qué les sucede. "No ven las cosas con objetividad. Pues igual tienen algún tipo de carencia, han sufrido maltrato o abusos", apunta Sanz.