La Movida sigue “dando guerra” 40 años después
COPE comprueba cómo los músicos de la Movida madrileña siguen activos depués de mover los cimientos sociales y culturales de hace 4 décadas
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Les unió la tristeza de ver cómo Canito (José Enrique Cano Leal) había fallecido en un accidente de tráfico. El batería de los Tos, que luego pasó a llamarse Los Secretos, se merecía un homenaje y eso hizo que se reunieran todos para tocar juntos en la Escuela de Caminos de Madrid, un 9 de febrero de hace 40 años.
Es la fecha que cita Ana Aparicio Cillán como el “pistoletazo de salida “ de un movimiento “contracultural” que nos enseñó a vivir en democracia. Lo explica en COPE tras la presentación de “La movida madrileña”, de la editorial Tébar Flores , que recopila las imágenes inéditas con la que Eduardo Cimadevila inmortalizó a los principales grupos del momento, con texto de Ana Aparicio Cillán.
Edcuardo Cimadevilla confirmaba en COPE que “los que más interés tienen actualmente en este movimiento cultural son los que hoy tienen 40 años y no los que realmente vivieron la Movida”.
Se han puesto de acuerdo en considerar 1980 como el nacimiento “oficial” de la Movida madrileña, aunque son muchos los que explican a COPE, como Juan Valmorisco (del grupo PVP), que “ la Movida era algo más que ese concierto. Había comenzado un par de años antes en la calle, el rastro y los bares madrileños”.
En aquel concierto de hace cuatro décadas actuaron los Tos (al que pertenecía el guitarra fallecido) pero también Mermelada, Nacha Pop, Paraíso, Alaska y los Pegamoides, Trastos, Mario Tenia y los Solitarios y Los Bólidos.
Comprobaron que el triunfo podía ser compartido y llegó el momento cumbre, organizado por los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. Un macrofestival con más de 15.000 asistentes y 8 horas de duración en el que participaron Farenheit 451, Alaska y los Pegamoides, Flash Strato, Los Modelos, Tótem, Rubi y los Casinos, Mamá, Los Secretos y Nacha Pop.
“Reconozco, decía Cimadevilla a COPE, que tengo una mirada nostálgica del momento, pero lo recuerdo como algo muy divertido porque todavía no había metido la zarpa la droga, que acabó destruyendo muchos sueños”.
Para algunos músicos, como Álvaro Urquijo, de Los Secretos, “no existió una movida de la que se sintieran parte”; para otros, como Juanma del Olmo, de Los Elegantes, a la ‘movida’ la llamaban Nueva ola madrileña. Fermí Presas, de Gabinete Caligari, resume musicalmente diciendo que eran “composiciones propias de dos o tres minutos, letras en castellano y una melodía muy clara", mientras que Patacho, de Glutamato Yeyé, añadía que “Cada día era una fiesta, una fiesta continua, las veinticuatro horas al día, los siete días de la semana, las cuatro semanas del mes”.
La Sala Rock-Ola se conviritió, después, en un lugar de culto con actuaciones de artistas como Loquillo, Alaska y más grupos de la movida, y donde también tenían cabida otras formas de arte como la pintura o la moda.
De Madrid al mundo
La Movida surgió en la capital con el barrio de Malasaña como centro neurálgico, pero el espíritu de la cultura underground se extendió por otras ciudades españolas como Bilbao, Málaga, Valencia o Barcelona. El cineasta Pedro Almodóvar fue uno de sus principales exponentes y en el año 2008, el conocido como Baile de la Rosa, en El Principado de Mónaco, estuvo ambientado en la movida madrileña, con la actuación de Nancys Rubias, Alaska, o Luz Casal.
José María Sanz Beltrá, conocido como Loquillo, sitúa el fin del "espíritu de la Movida" en la irrupción de los políticos de la época en un movimiento que no admitía intrusos, por definición.
Como ejemplo, es fácil encontrar en cualquier buscador de Internet al entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, pidiendo a los rockeros que el que no estuviera “colocado, que se coloque y al loro”.