Los versos de Miguel Hernández se hacen presentes en 'Para la libertad', una obra que recrea la vida y la obra del poeta alicantino, apoyada en la música que compuso para sus versos Joan Manuel Serrat en 1972, un "legado ancestral y abrumador para revitalizar la memoria".

Así lo expresa el actor Daniel Ibáñez ('El buen patrón' y 'Segundo premio'), que se mete en la piel de Miguel Hernández en 'Para la libertad', un espectáculo en el comparte escenario con Eva Rubio y Pablo Sevilla, dirigido por Gabriel Fuentes, que permanecerá 13 de junio al 28 de julio en el Teatro Marquina.

"Hay confluencias que a veces son maravillosas y mágicas, porque ya teníamos en mente hacer un proyecto sobre Miguel Hernández y, dio la casualidad de que en ese tránsito, Serrat me apadrinó", cuenta a EFE Daniel Ibáñez (Madrid, 1995) este jueves.

Un empuje definitivo para que viera la luz este "teatro musicado, de pequeño formato", en el que las canciones de Serrat se intercalan con la vida del poeta, "silenciado durante una época muy oscura, de nuestro país".

El actor reconoce que sentarse frente a Serrat le imponía, pero "resultó tan cercano, le he ido conociendo y le quiero mucho. Nos acogió y siento que pertenezco a un legado ancestral. Me dio mucha seguridad".

En el escenario, es el propio Ibáñez el que canta 'Para la libertad', 'Las nanas de la cebolla' o 'Elegía a Ramón Sije'.

"Serrat devolvió a Miguel Hernández al 'mainstream' y con esta obra lo que queríamos era recuperar la idea de legado y de transformación de la poesía de Miguel Hernández y de la música de Serrat", que reconoce que les ha dado plena libertad para traer su obra a la actualidad con sonidos de hoy de lo que se ha encargado Daniel Molina.

Ibáñez califica al poeta como un gran poliedro, "su tenacidad me ha sorprendido muchísimo, en un momento en el que en no era fácil. Es una persona admirable, que decidió sacrificarse teniendo a su mujer y a sus hijos fuera" de la cárcel.

Asegura que tiene muy presente una de sus frases: ¿Qué valor tiene una vida sin valores? "Miguel Hernández tiene mucho que enseñarnos" y confía en que el público se emocione y salga con "esperanza y espíritu crítico".

Recuerda que el poeta -fallecido a los 28 años- era "un corredor de esprint; en su corta vida pudo hacer el viaje que otra persona hubiera realizado al llegar a los 70".

Una circunstancia que reconoce "chocante, muy abrumadora, una inspiración constante".