Scorsese, el cine sabio de un clásico moderno

Scorsese, el cine sabio de un clásico moderno

Ramón García Pelegrín

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Enero de 2005. Hotel de lujo en el centro de Madrid. Martin Scorsese y su actor fetiche, Leonardo DiCaprio, presentan en rueda de prensa su nueva aventura cinematográfica, “El aviador”. DiCaprio responde con desgana y un encadenado de monosílabos. Scorsese con fogonazos de ingenio y sentido del humor a raudales. Ambos sufren el jet lag propio de los viajes transoceánicos pero se le nota mucho más a un gris y plano DiCaprio que acaba teniendo la humildad de disculparse por su pobre rendimiento verbal antes la canallesca cinéfila. Y eso que Scorsese tiene 34 años más que el protagonista de Titanic o El lobo de Wall Street. Como recuerda de sus encuentros con Scorsese, el crítico de cine de COPE y Trece TV Jerónimo José Martín “disfruta con los periodistas. Es impresionante su vitalidad y brillantez intelectual. Es un gran amante del cine y puedes estar horas hablando de cine con él”.

La culpa y la redención son quizás los grandes temas de fondo de una cinematografía extensa y profunda, compuesta por veinticinco películas y catorce documentales de un hombre que respira celuloide por todos sus poros, el cineasta que más lejos ha llevado la radiografía de los bajos fondos de la sociedad estadounidense. Es el noveno director más taquillero tras Rídley Scott con una recaudación mundial superior a los dos mil doscientos millones de dólares. Sus películas más taquilleras son “El lobo de Wall Street”“Shutter Island” e “Infiltrados”. Por esta última logró Scorsese en 2006 su único oscar aunque el cineasta galardonado con el premio Princesa de Asturias de las Artes suman once nominaciones más.

Marty Scorsese nació en el barrio neoyorquino de Queens en noviembre de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. El cine fue su refugio desde pequeño aunque también sintió la vocación religiosa y entró en el seminario. Pero el tren del cine se cruza en su camino sacerdotal. Desde su admiración por el neorrealismo italiano, Scorsese realiza sus primeros cortos con apenas veinte años mientras estudia en la Universidad de Nueva York. Con 25 años dirige su primer largo junto a su compañero de estudios, el actor Harvey Keitel. Pero su vida da un giro el día en que el director Brian de Palma le presenta a Robert de Niro. El actor neoyorquino se convierte en el alter ego de Marty Scorsese. Juntos rodarán ocho películas, entre ellas “Taxi Driver” donde De Niro crea todo un icono en la famosa secuencia frente al espejo: “Are you talking to me?”.

Martin Scorsese gana el Premio Princesa de Asturias de las Artes

La película gana la palma de oro en el festival de Cannes de 1976 y se convierte en un film de culto. Dos años después, De Niro se lleva a casa su segundo oscar con la impresionante interpretación del boxeador Jake LaMotta en “Toro salvaje”. De nuevo Scorsese obra milagros tras la cámara y, además, en un estético blanco y negro. En 1985, Scorsese dibuja un retrato kafkiano del Soho neoyorquino en la estimulante “After Hours”, que le vale el premio a mejor director en Cannes. Al año siguiente, Marty se embarca en “El color del dinero” con un veterano y magnífico Paul Newman y un jovencísimo Tom Cruise. La película prolonga las peripecias del jugador de billar Eddie Nelsón narrada en “El buscavidas” (1961) de Robert Rossen... Newman se corona con la estatuilla dorada de Hollywood. En 1990, Scorsese vuelve al tema de la mafia con una de sus cimas creativas: “Uno de los nuestros”.

En 2002 se produce el feliz encuentro Scorsese/DiCaprio con la película “Gangs of New York” con un presupuesto estratosférico superior a los cien millones de dólares y bendecida por Hollywood con diez candidaturas a los oscar. Tras rodar un documental sobre Bob Dylan, Scorsese dirige “Infiltrados” con otro reparto de lujo encabezado por Leonardo DiCaprio, Matt Damon y Jack Nicholson. Se trata de una nueva versión de una película china. El 25 de febrero de 2007 Marty acaricia por fin la ansiada estatuilla que siempre le había dado plantón.

En 2010 dirige a Di Caprio por cuarta vez en la película “Shutter Island”, basada en una novela de Dennis Lehane. La siguiente aventura de Scorsese supone un nuevo cambio de registro en su prolífica carrera. “La invención de Hugo” es un canto de amor al cine y a la magia del creador George Meliés, interpretado por Ben Kingsley. Una maravilla. Hugo supuso el tercer globo de oro a mejor director para Scorsese. Para su siguiente proyecto Marty recupera la presencia de Leonardo DiCaprio. “El lobo de Wall Street”, su película más taquillera hasta el momento, se estrena en España en enero de 2014.

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Tres años más tarde, Scorsese vuelve a rodar y dirige “Silencio”, que cuenta la historia de unos misioneros jesuitas en el Japón del siglo XVII. La película recibe malas críticas y Scorsese contesta defendiendo que el cine vuela a la misma altura artística de las grandes obras de la literatura, la música o la pintura. Jerónimo José Martín prefiere el nivel creativo de la segunda etapa. “Con el paso del tiempo el cine de Scorsese ha ido mejorando con el tiempo como el buen vino. Es un cineasta más reposado y lúcido. Su pesimismo radical de Gangs of New York o Casino me deja peor sabor de boca”.

Scorsese ha influido mucho en cineastas como Quentin Tarantino, quizá el principal discípulo de Scorsese, con permiso del mexicano Alejandro González Iñárritu, otro de los grandes cineastas contemporáneos”.

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