El Observatorio de la Vida Militar, en el dique seco

El Observatorio de la Vida Militar, un organismo dedicado a proporcionar un conocimiento más directo de las condiciones de vida y de trabajo de los militares, ha dejado de funcionar por la pasividad del Congreso y el Senado, de los que depende su renovación. Sus nueve miembros son elegidos por el Parlamento para un mandato de cinco años, plazo que se cumplió en noviembre. El Observatorio ha paralizado sus actividades porque no está establecido que sus miembros permanezcan en funciones mientras se eligen sus sustitutos, y desde Las Cortes no se ha actuado a tiempo. 

Fuentes del Observatorio señalan que su renovación suele realizarse a iniciativa del grupo parlamentario del partido que dirige el gobierno, pero que en el PSOE -y también en el PP- deben estar pendientes de otros asuntos que les han impedido buscar candidatos. Aunque no es un puesto retribuido y les quita tiempo, algunos de los actuales miembros de este organismo estarían dispuestos a continuar. Estas fuentes añaden que a los ejércitos les ha venido bien la actuación del Observatorio porque -desde una posición independiente- ha estado insistiendo para que se mejoraran los sueldos y las condiciones de vida de los militares.

A lo largo de sus cinco años de mandato el Observatorio de la Vida Militar ha llevado a cabo 24 visitas a unidades, y ha elaborado cuatro informes describiendo y haciendo recomendaciones sobre condiciones de trabajo, movilidad geográfica y retribuciones en las Fuerzas Armadas. Además, ha publicado un estudio sobre el acoso sexual en el ejército, y ha aconsejado estudiar la situación de los militares cuyo compromiso les obliga a irse a los 45 años.

Desde el Ministerio de Defensa se limitan a recordar que la designación de los miembros del Observatorio corresponde al Parlamento.