Emprender en el sector agroalimentario

Hugo Quintanilla Ripoll, Presidente de Jovempa Federación, Olivicultor y Catador de AOVE en Señoríos de Relleu

Hugo Quintanilla Ripoll, Presidente de Jovempa Federación, Olivicultor y Catador de AOVE en Señoríos de Relleu

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La industria agroalimentaria es un motor imprescindible dentro de la economía española y es el sector industrial más importante de España. Se calcula que representa el 10 % del PIB nacional, genera 2,3 millones de empleos y cerca de 100.000 millones de euros al año de facturación.

Un producto agroalimentario puede tener la única y exclusiva característica de ser un alimento, o bien puede tener una serie de características, de valores, que hagan que el cliente adquiera ese producto, no solo por una necesidad de alimentarse, sino por un deseo de adquirir algo diferente y que además satisfaga su forma de pensar, de sentir, de ver la vida, sus inquietudes y sus emociones, es decir, adquiere un producto con unos valores que le representan y con los que se siente identificado.

La demanda de productos del campo es y será creciente no solo por el aumento demográfico mundial sino por el nicho en la búsqueda de la diferenciación en la Alta Calidad de los alimentos y en la Calidad Alimentaria del propio producto (producción sostenible, ecológica, intolerancias alimenticias, entre otras).

Cuando hablamos de emprender en el sector agroalimentario, debemos tener muy claro el camino por donde queremos que nuestra empresa camine, por ello es muy importante tener desarrollado un buen plan de empresa.

Pero antes de nada, debemos conocer muy bien el sector y todos los actores con los que debemos interactuar. ¿Os imagináis un entorno de mercado donde solo en España existen más de 3.000 marcas distintas y más de 1.600 fabricantes, con los que competir y ante los que posicionar vuestra marca?

Se trata este de un mercado poco profesionalizado, con un oligopolio muy importante, donde se comercializa gran parte de la producción sin marca, y en el que nuestro mayor competidor, Italia, lo vende envasado como propio.

Es un producto tan tradicional en nuestro país, que en cada pueblo donde se produce, existe la creencia de que el suyo es el mejor “porque si”. Un producto tan nuestro que su consumo es insignificante fuera del área mediterránea, pese a la cantidad de propiedades beneficiosas que tiene para la salud.

Un producto sobre el que, pese a que España es el mayor productor del mundo, existe una incultura generalizada. El 90 % de los españoles no saben diferenciar las distintas calidades del mismo, por ejemplo, sin tener en cuenta que, en definitiva, provocamos sensaciones visuales y gustativas intensas y diferentes. Se trata de transmitir experiencias nuevas al consumidor.

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