Hugo Quintanilla Ripoll: "Además de calidad, nuestro virgen extra pretende transmitir emociones"

Hugo Quintanilla Ripoll es el gerente de Señoríos de Relleu

Señoríos de Relleu

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

En relación con el mundo del aceite de oliva. ¿Qué te animó a emprender esta aventura?

Señoríos de Relleu es una iniciativa de mi padre, mi familia procede de la huerta murciana y él estudió farmacia aplicada a la industria. Siempre le han interesado los principios activos que contienen muchas plantas medicinales para obtener medicamentos. Por ese motivo, decidimos plantar olivos en las fincas familiares de Relleu (Alicante). Con ello buscaba precisamente el valor añadido que ofrece el árbol del olivo a través de su aceite e, incluso, de sus hojas, de las que se obtiene la oleuropeína, un componente cardioprotector y antibacteriano.

Yo, por mi parte, además de formarme como Olivicultor y catador de aceites, estoy especializado también en plantas medicinales dentro de la disciplina de ingeniería agronómica forestal.

¿Cómo ve el emprendimiento en España? ¿Qué trabas son las que se encuentra un emprendedor joven?

Creo que el emprendimiento en España es una asignatura pendiente para muchos jóvenes, parece que no hay ilusión por iniciar una actividad emprendedora. La mayoría de jóvenes prefieren ser asalariados y no tener demasiadas preocupaciones fuera de su horario laboral. A veces, parece que ser empresario no está bien visto.

Actualmente, casi todos los jóvenes emprendedores se mueven en el sector tecnológico o servicios, muy pocos en el sector primario.

Una de las primeras trabas es conseguir financiación si no se dispone de ella, para ello hay que desarrollar un buen plan de negocio. La burocracia en nuestro país es demasiada lenta y costosa, tanto para constituir una sociedad como para obtener los permisos pertinentes. (en mi sector obtener todos los permisos es un trámite que puede durar años).

Nos gustaría conocer algunos de los aspectos más relevantes de tu empresa. ¿Cómo describes el entorno donde ponéis en práctica toda vuestra ilusión y empeño?

Tanto la finca como las instalaciones de Señorío de Relleu están ubicadas a unos 10 km del Mediterráneo, a los pies de la Sierra de Aitana, que alcanza los 1.500 m de altitud. Si bien en la zona podemos encontrar algunos vestigios de olivar, podemos decir que no existe una tradición olivarera propiamente dicha, pues los agricultores locales cultivan principalmente almendros.

En este entorno disponemos de varias fincas, que juntas suman unas 100 hectáreas, 65 de las cuales están ocupadas por olivares. Señoríos de Relleu comenzó a operar hace unos 30 años, cuando realizamos las primeras plantaciones, aunque nuestra marca homónima vio la luz por primera vez en el 2.010.

A través de este proyecto hemos pretendido recuperar variedades autóctonas como la Manzanilla de Villalonga, la Changlot Real, la Blanqueta, la Alfafara o la Genovesa. En algunos casos, nos hemos dedicado a rescatar del abandono olivos antiguos, mientras que en otros los hemos plantado nuevos.

Estos olivos también comparten espacio con otros de la variedad Arbequina, que empleamos para elaborar coupages destinados a aquellos paladares que prefieren aceites más suaves.

Todos estos árboles conviven en un entorno muy especial. Allí son cultivados al modo tradicional, en bancales que sortean las pendientes del terreno y que permiten aprovechar las virtudes del microclima que los envuelve. No en vano, la provincia de Alicante presume de ser una de las regiones españolas que más horas de sol recibe al año, con unas temperaturas suaves que hacen de este terreno un lugar ideal para el olivo.

Nos parece importante destacar que todo este proceso se desarrolla en El Teuladí, una Masía señorial de 1918 que hemos reconstruido y adaptado a las exigencias actuales de calidad para albergar nuestra almazara, bodega y envasadora.

Cuéntanos un poco sobre tu empresa (producción, envasado, ventas, etc.) ¿Qué impacto ha tenido la pandemia sobre su negocio?

Tanto el clima como la exclusividad de las variedades empleadas posibilitan la obtención de unos vírgenes extra muy personales, de los que en esta última campaña hemos obtenido 30.000 litros. Vendemos toda nuestra producción envasada en formatos de 500 ml, 250 ml y 250 ml. Por lo que en número de botellas dependiendo de los formatos no estamos moviendo en alrededor de 100.000 botellas anuales y la cifra de negocio actualmente ronda los 300.000 €.

Las expectativas son seguir creciendo en producción y ventas, ya que son olivares jóvenes, algunos por entrar en producción. Calculamos que llegaremos a una producción máxima de 60.000 litros.

Nuestro mercado principal sigue siendo el nacional pero ya exportamos a más de 20 países distintos el 30 % de nuestra producción. La pandemia nos ha afectado mucho el año pasado entre los meses de Marzo a Agosto, ya que todos nuestros clientes se encontraban cerrados por las restricciones o sin actividad alguna. La ausencia de turismo se ha notado mucho. Y uno de nuestros mercados principales (Japón) se encuentra todavía con muchas restricciones.

Pero me gustaría transmitir que pese a la incertidumbre inicial en el primer trimestre del año, durante el 2.021 estamos batiendo todos los records de venta de la empresa.

¿Cómo has llegado a tener éxito? ¿Qué innovaciones piensas que habéis aportado al mundo del Aceite de Oliva?

Para empezar nuestro proyecto, estudiamos muy bien a nuestro cliente final (consumidor gourmet) y que demanda y nos planteamos la siguiente pregunta diferenciadora: ¿Por qué deberían comprar nuestro aceite y no el del vecino?

Para ello, decidimos llamar la atención, no pasar desapercibidos, sorprender y provocar de la siguiente forma, realizando una estrategia de océanos azules:

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