La aceituna negra ya sufre los aranceles de Trump

En España ya tenemos un sector que sabe cómo se las gasta Trump, el de la aceituna negra de mesa. Desde el 1 agosto de 2018 Estados Unidos le aplica un arancel del 35% para contentar a los productores de California. En los últimos años venían criticando que las ayudas agrícolas europeas de la PAC permitían a nuestros olivareros vender allí a precios más competitivos.

El golpe ha sido importante. Las ventas a EEUU han caído un 50%, según afirma a COPE Antonio de Mora, secretario general de Asemesa (Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa). “Las pérdidas superan los 40 millones de euros”, añade. A esta cifra se suma el coste de la defensa jurídica de los intereses de la aceituna negra, que alcanza ya los 5 millones. La cuota de mercado ha descendido a plomo, ha pasado del 75% al 34%.

De Mora teme que ahora Trump extienda los aranceles a la aceituna verde aunque espera que la Unión Europea reaccione. “Hay una gran diferencia. Hasta hoy hemos estado solos. A nosotros no nos han defendido políticamente como tenían que haberlo hecho porque somos un sector pequeño, solo de España. Al meter otros productos, espero que la UE nos defienda con más contundencia”, señala.

El caso de La Roda

Son muchos los pueblos de Andalucía y Extremadura afectados. Especialmente uno en la provincia de Sevilla, La Roda. Cuenta con poco más de 4.000 habitantes pero es el mayor productor y exportador del mundo. Cuatro de cada diez vecinos viven de la aceituna negra. La cooperativa de segundo grado Agro Sevilla lleva tres décadas exportando a EEUU sus aceitunas negras con las que los estadounidenses devoran en pizzas, ensaladas o sándwiches. Allí lógicamente se teme por el empleo. De momento ha tenido la suerte de que el resto de países productores como Grecia o Turquía han tenido una cosecha muy corta y la aceituna negra española ha podido sustituir a esos países en sus mercados. Eso, afirma De Mora, “ha maquillado el impacto por ahora pero es un tema coyuntural, no es para siempre”.