El Banco de España acaba de publicar unas previsiones preliminares sobre los efectos del COVID-19 en nuestra economía. Como era de esperar son muy negativas, con una caída del PIB que puede estar entre el 6,6% y el 13,6% este año en función de lo que dure la alarma. La tasa de paro podría subir al 21,7% en el peor de los escenarios. Eso situaría el número de desempleados en los 5 millones. El deterioro en las cuentas públicas también sería importante. El déficit público podría llegar al 11% del PIB y la deuda, al 122%. Las estimaciones, afirma, están envueltas en una incertidumbre muy elevada por la duración del período de confinamiento.

Precisamente esa incertidumbre, reconoce el organismo, dificulta la tarea de elaboración de unas proyecciones macroeconómicas mediante las metodologías habituales. Por este motivo esta vez ha optado por elaborar diversos escenarios alternativos utilizando herramientas analíticas de distinta naturaleza, desde la óptica de la oferta y de la demanda. Los resultados cuantitativos obtenidos bajo estos dos enfoques no son directamente comparables entre sí. “Han de entenderse como complementarios y no como dos caras de una misma moneda”, afirma el supervisor.

ESCENARIOS DE REFERENCIA

El Banco de España ha elaborado tres escenarios con el modelo que utiliza habitualmente para realizar sus proyecciones macroeconómicas. Marcan un retroceso del PIB del 6,8%, el 9,5% y el 12,4% en 2020. La diferencia la marcará que la duración del período de confinamiento sea de ocho semanas (escenarios 1 y 2) o de doce (escenario 3), y de que los problemas de liquidez de los agentes privados puedan dar paso a ciertas dificultades de solvencia en los próximos meses (escenarios 2 y 3) o no (escenario 1). 

  Desde la perspectiva de la oferta también se dibujan tres escenarios. Si el estado de alarma se prolongara durante ocho semanas, se estima que el retroceso del PIB en 2020 oscilaría entre el 6,6% y el 8,7%, en función del grado de persistencia de la perturbación más allá del final del actual estado de confinamiento (en particular en la actividad turística). Si se ampliara a doce semanas, se estima que la caída podría alcanzar el 13,6%. Aquí, el escenario 1 contempla un proceso de normalización casi completa de la actividad a partir del tercer trimestre, mientras que en el tercero se hace el supuesto de que los sectores afectados no alcanzarían el nivel de producción que mantenían a finales de 2019 hasta el cuarto trimestre de 2020 (salvo en la rama de hostelería, restauración y ocio, para los cuales se proyecta una recuperación más lenta). El escenario 2 se situaría en un punto intermedio. 

IMPACTO EN EL MERCADO LABORAL Y EN LAS CUENTAS PÚBLICAS

Los distintos escenarios muestran un fuerte impacto de la crisis en el mercado laboral con una subida de la tasa de paro hasta el 18,3% en el mejor de los casos y del 21,7% en el peor. Aquí son 8 puntos más de lo proyectado en diciembre y supondría situar de nuevo el número de desempleados en España los 5 millones.  

También el coste presupuestario del episodio recesivo causado por el Covid-19 será muy elevado, como consecuencia tanto de las medidas adoptadas como, sobre todo, de la actuación de los estabilizadores automáticos. Según los distintos escenarios considerados, el déficit público de 2020 podría situarse en una horquilla comprendida, aproximadamente, entre el 7% y el 11% del PIB. La deuda pública se elevaría hasta niveles comprendidos entre el 110% y más del 120% del PIB aproximadamente. 

Para 2021 la economía española se recuperaría pero no compensaría lo perdido durante este ejercicio. En concreto, el Banco de España preve un aumento del PIB de entre el 5,5% y el 8,5%. La tasa de paro bajaría al 17,5% en el mejor de los escenarios y seguiría rozando el 20% de la población activa en el más pesimista.