La Bolsa se bate de nuevo en retirada con más miedo que vergüenza
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El Ibex 35 ahonda en mínimos anuales. Ha bajado hoy un 1,38 por ciento, hasta 8.363 puntos. De hecho, está en cotas que no se veían desde hace 30 meses, concretamente desde junio de 2016. En lo que va de año la caída alcanza ya el 17 por ciento. Puede ser el peor ejercicio bursátil de los últimos diez años.
La Bolsa de Nueva York se disparó ayer animada por las buenas cifras de gasto de los consumidores. El índice Dow Jones de valores industriales se sumó ayer más de 1.100 puntos. Es la mayor subida en puntos de su historia. Pero hoy vuelven las dudas. Wall Street pierde un 1,5 por ciento a media sesión.
Parece que la Bolsa de Nueva York se enfrenta al final de una de las rachas alcistas más largas y más productivas que se recuerdan. Pero ahora y pintan bastos. Y de qué manera. El índice Dow Jones de valores industriales ha perforado los 23.000 puntos, cuando a mediados de octubre rozaba los 27.000. La corrección ha sido muy rápida y muy intensa en las últimas semanas. Sólo en el mes de diciembre, la caída supera ya el 10 por ciento.
Los mercados están preocupados por la previsión de más subidas de tipos de interés por parte la Reserva Federal y también por la complicada situación de Gran Bretaña con el Brexit. Preocupa además la guerra comercial entre China y EEUU y las incertidumbres sobre la economía china, pero, sobre todo, lo que más pesa en el ánimo de los bolsistas es el temor a una desaceleración de la actividad económica a nivel global.
De tanto repetirse este mantra, ha calado hasta los tuétanos en el subconsciente de los mercados. Hoy se han publicado malas cifras de confianza del consumidor en EEUU. Se ha situado en 128,1 puntos. Un registro peor de lo que se esperaba y que queda muy por debajo de los 135,7 de la lectura anterior. El consumo privado justifica más de las dos terceras partes del PIB estadounidense. Paradójicamente, en esta Navidad el consumo ha alcanzado su nivel más alto de los últimos seis años en aquél país. Las ventas por Internet y en los comercios estadounidenses han crecido un 5 por ciento entre el uno de noviembre y el 24 de diciembre. Han superado los 850.000 millones de dólares.
El Banco Central Europeo en su último boletín económico señala que el crecimiento mundial perderá impulso en 2019 debido las tensiones comerciales, también por las incertidumbres geopolíticas y por la retirada de las medidas de estímulo por parte de los grandes bancos centrales. El BCE ha rebajado sus previsiones de crecimiento del PIB hasta el 1,9 en este año y al 1,7 en el próximo ejercicio. En España las ventas al por menor han moderado su ritmo de crecimiento en noviembre. Han aumentado un 1,4 por ciento, frente al 1,8 contabilizado en el mes anterior. No son cifras especialmente tranquilizadoras.
En Estados Unidos, los tipos de interés a largo plazo han pasado del 3,23 hasta el 2,75 por ciento. La curva se aplana, incluso se ha invertido en algunos plazos, lo que pone los pelos de punta a los inversores de medio mundo. La inversión de la curva de tipos habitualmente antecede a una ralentización de la actividad económica. Pese a todo, parece evidente que los mercados están exagerando sus temores. No parece que vaya a producirse una recesión inminente en Estados Unidos. De hecho las cifras macroeconómicas siguen siendo razonablemente positivas, el mercado laboral roza el pleno empleo y los resultados de las empresas son sólidos. Pero en la Bolsa pesan tanto los datos fríos como la sicología de masas. El miedo es libre. Y ahora hay miedo para dar y tomar.
El dinero se refugia en oro, que se acerca ya a los 1.280 dólares por onza, su precio más alto de los últimos seis meses. El petróleo se ha movido con mucha volatilidad en los últimos días. Hoy se paga a menos de 54 dólares por barril. Superaba los 60 hace una semana. El euro cotiza estable ligeramente por encima de 1,14 dólares.