La Bolsa entra en modo esperar y ver con el foco en la Reserva Federal de mañana

El martes arranca con la Bolsa al ralentí. Manda la cautela. Los inversores necesitan más datos antes de perfilar una estrategia a corto plazo. Hoy los mercados esperan con expectación el índice de confianza del consumidor y las ventas al por menor en Estados Unidos. Son referencias que la Reserva Federal tendrá en cuenta a la hora de decidir en qué cuantía sube mañana el precio del dinero. Se espera mayoritariamente un aumento de tres cuarto de punto, pero no se descarta un punto entero. La fortaleza del mercado laboral en EEUU favorece un movimiento drástico.

Sin embargo, los analistas empiezan a pensar en que ya el próximo año el banco central estadounidense podría empezar a revertir la tendencia y podría comenzar a reducir sus tipos de interés. Hasta ahora se esperaba que la subida de tipos comenzase a dar marcha atrás en la segunda mitad del año 23. Pero en estos momentos los analistas trabajan con la hipótesis de que el endurecimiento monetario comience a revertirse antes de que termine el primer semestre del próximo año.

Hoy publican sus cuentas, entre otros, Microsoft y Alphabet, la matriz de Google. Para esta última empresa los analistas pronostican una severa contracción del beneficio por acción. Se dejará notar con fuerza la desaceleración de la actividad económica y la consiguiente caída de la publicidad “online”. Para Microsoft se espera un exiguo crecimiento de las ganancias, inferior al 10 por ciento. Una cuarta parte de las compañías que han publicado ya resultados ha decepcionado con sus cifras.

El índice Ibex 35 baja un 0,3 por ciento tras las primeras operaciones del día, hasta 8.060 puntos. Flojean Inditex y los bancos, mientras reputan Repsol y las eléctricas.

Hoy los mercados de materias primas vigilan con el rabillo del ojo la reunión de los ministros de energía de la Unión Europea. Sobre la mesa, los planes de ahorro de gas en previsión de un invierno complicado en cuanto a suministro. Lo último que se sabe es que Rusia va a reducir el flujo de gas hacia Alemania por el gasoducto Nordstream 1 aludiendo a problemas técnicos.

El barril de petróleo del Mar del Norte se ha movido en los últimos días arriba y abajo de la referencia redonda de los 100 dólares. Esta mañana se paga a 101,50. Hoy en Estados se conocerá el estado de las reservas de crudo y carburantes. En el mercado de divisas, el euro se mantiene en torno al cambio de 1,02 dólares. En el de deuda pública, la prima de riesgo de Italia continúa disparada en torno a los 240 puntos básicos, frente a los 120 de España.

A la espera de noticias de la Reserva Federal, los mercados siguen digiriendo la decisión del Banco Central Europeo de subir medio punto el precio del dinero. El BCE ha tenido que responder a la siempre difícil pregunta de a quién quieres más, a papá o a mamá. Ha tenido que elegir entre subir tipos con contundencia para frenar la escalda de la inflación o hacerlo de forma más moderada para no perjudicar en exceso el crecimiento económico. Al final ha optado por luchar contra la desbocada inflación, ese cáncer que tanto daño hace a las economías familiares y a las empresas. Pero el peligro de desaceleración está ahí. Los daños colaterales, que dicen los militares. El Fondo Monetario Internacional se apresta de hecho a reducir de nuevo sus previsiones de crecimiento del PIB global. En sus últimas proyecciones estimaba un crecimiento del 4,8 por ciento en España en este año y del 3,3 el próximo ejercicio.