La Bolsa intenta frenar la sangría de los últimos días, mientras el euro y el petróleo siguen de capa caída
El índice Ibex 35 ha cerrado la sesión en 7.948 puntos, con una pérdida del 0,14 por ciento. No es buena señal porque ayer perdió cerca de un 2,5%
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Tras el “bajonazo” de ayer, la Bolsa ha comenzado a recibir la visita de los primeros cazadores de gangas. Pero con más miedo que vergüenza. Los más aguerridos han aprovechado las rebajas en valores como Indra, Inditex, IAG o Iberdrola. Por el contrario, han flojeado los bancos y Telefónica. El índice Ibex 35 ha cerrado la sesión en 7.948 puntos, con una pérdida del 0,14 por ciento. No es buena señal porque ayer perdió cerca de un 2,5 por ciento.
Hoy los mercados han disfrutado de algunas referencias tranquilizadoras, como el incremento la producción industrial de España, que ha crecido un 6,5 por ciento en tasa interanual. Las ventas al por menor de la zona euro han repuntado dos décimas, frente a una contracción de 1,4 puntos el mes anterior. En Alemania, los pedidos industriales han aumentado una décima en mayo, cuando se esperaba una contracción. Los índices PMI de actividad económica en Estados Unidos han mejorado tanto en el sector servicios como en el industrial. Ya con los mercados europeos cerrados se publicarán las actas de la última reunión de la Reserva Federal, en la que subió el precio del dinero en tres cuartos de punto. En los demás mercados, el euro continúa deslizándose a la baja. Profundiza en los mínimos de los últimos veinte años que marcó ayer. Esta tarde se cambia por debajo de 1,02 dólares. Los analistas del bróker japonés Nomura creen el euro seguirá depreciándose. Por su parte, la libra esterlina se muestra muy débil en medio de una profunda crisis dentro del gobierno británico. También el petróleo prolonga la caída de ayer. Se negocia esta tarde por debajo ya de la referencia redonda de los 100 dólares por cada barril de crudo del Mar del Norte. El enfriamiento de la actividad económica reduce la demanda y amenaza con hacerlo mucho más. Los expertos de Citi aseguran que el crudo podría bajar a 60 dólares a finales de año si las grandes economías mundiales entran en recesión. Incluso aseguran que podría irse a 45 dólares el año que viene si la demanda se frena en seco por la paralización de la actividad económica. Según el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, el corte de suministro del gas ruso podría provocar una recesión en Alemania, que a su vez podría arrastrar al conjunto de la zona euro. Por el contrario, los analistas del banco estadounidense de negocios JP Morgan creen que el barril podría dispararse en el peor de los casos hasta 380 dólares en los próximos meses si Rusia reduce drásticamente sus exportaciones a Europa para “castigar” a Occidente. A ese precio podría llegar el oro negro si Moscú redujera sus producciones en cinco millones de barriles por día, cosa que podría hacer sin dañar mucho más su ya maltrecha economía. Si el recorte fuera de tres millones por día, el barril, según JP Morgan, podría irse a 190 dólares. Los siete países más ricos el mundo están preparando un mecanismo para limitar el precio de petróleo ruso. Pero no es tarea fácil. Los expertos de Goldman Sachs consideran que todavía es pronto para esperar una caída significativa en el precio del petróleo, derivada de la menor demanda por la posibilidad de una recesión.Recuerdan que continúa sin resolverse el déficit de suministro de crudo a nivel global. En el mercado secundario de deuda suben los precios y bajan las rentabilidades. El dinero que sale de la Bolsa se refugia en los bonos. El rendimiento de las obligaciones españolas a diez años se reduce hasta el 2,267 por ciento, con una prima de riesgo de 110 puntos. Los bonos de Estados Unidos al mismo plazo ofrecen un 2,86 por ciento. De momento la curva de tipos de interés se ha invertido, con los tipos a corto más altos que los tipos a largo, lo que se considera como aviso inequívoco de que se avecina una contracción económica.