3 de cada 4 jóvenes españoles no pueden comprar una casa
Los jóvenes necesitan dedicar 4 años de renta íntegra solo para pagar la entrada
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Querer comprar una casa y no poder, es la realidad de muchos jóvenes españoles. 3 de cada 4 jóvenes no pueden comprar una casa. En 2022 se ha incrementado el número de jóvenes que no pueden adquirir una vivienda, un 22 por ciento frente al 15 por ciento de jóvenes que se quedaron a las puertas de tener su propia casa en 2021. Es un 7 por ciento más.
Los jóvenes necesitan al menos dedicar 4 años de su renta para poder pagar la entrada de la casa. La opción B que les queda es el alquiler. El 52 por ciento de los que viven de alquiler, reconocen que han tenido que tomar esta decisión al no poder adquirir una vivienda.
Una difícil emancipación
adquirir una vivienda en propiedad requiere de ocho años de renta bruta, en su totalidad,
, el doble que hace tres décadas. Lo confirma a COPE desde Juan Antonio Báez del Observatorio de Emancipación, “una persona joven tiene que dedicar 3,8 veces su sueldo anual neto para pagar la entrada de una casa”. Hablamos de un valor medio de vivienda de 170.000 euros. Para que nos hagamos una idea, un joven solo podría asumir sin sobre endeudarse una vivienda valorada en 100.000, destinando el 30 por ciento de su salario neto”. Una cifra bastante irreal, dado que, en la mayor parte de España, las viviendas cuestan hasta 3 veces más. Hacer frente al pago de la cuota hipotecaria supone una inversión mensual del 51,2 por ciento del salario, ya que el pago de la renta supondría el 42,2 % de sus ingresos mensuales.
La media de tiempo de las hipotecas que consiguen los jóvenes hoy en día es de 30 años. Adquirir una hipoteca debería suponer un esfuerzo del 35 por ciento de nuestra renta disponible.
En el primer semestre de 2021, la proporción de personas jóvenes que residía en un hogar independiente se situó en el 14,9 por ciento, lo que representaba 2,4 puntos menos que en el mismo semestre de 2020 y el mínimo histórico desde finales de 1998.
Haciendo cuentas
Los jóvenes los que más lo sufren
La falta de ingresos suficientes y de estabilidad es el gran hándicap junto al precio de la vivienda a la hora de comprar una casa. Hay que tener ahorros o la ayuda de algún familiar. Los jóvenes en su gran mayoría se deciden por la compra, quieren tener su propia casa. Según Santos González “los únicos motivos por lo que no entrarían en la adquisición de una vivienda en la compra al margen del dinero sería que saben que el lugar donde viven es transitorio”. La estabilidad laboral y la capacidad de comprar es lo que determinan si puedes ser dueño de una casa.
Teniendo en cuenta la capacidad económica de las personas jóvenes en España, unida a la fuerte fragilidad laboral, la coyuntura del mercado inmobiliario hace de la vivienda un bien restringido para el conjunto de la población joven. De hecho, la compra de vivienda libre resulta poco probable con el salario de una persona joven ya que teóricamente se debería reservar el 51,1 % de sus ingresos mensuales para sufragar el pago de la cuota hipotecaria.
Jorge tiene 32 años y se ha comprado una casa junto a su pareja en el centro de Barcelona. Nos ha contado que la idea de comprar surgió a partir del confinamiento, hicieron cálculos y una previsión de gasto y ahorro. Les salió un buen chollo cerca de la Diagonal y además consiguieron una hipoteca muy buena financiada al 85 por ciento. Tiene una hipoteca a 30 años.
Tuvieron que tirar de sus ahorros y poner 100.000 euros, y pedir ayuda a sus familias. A día de hoy de su sueldo, la casa se lleva casi la mitad, nos cuenta Jorge “porque además de la hipoteca pagan el IVI de manera anual, más la cuota de la comunidad y los gastos extra como son las derramas. En nuestro caso se trata de un edificio antiguo y cuando lo compramos nos encontramos unas derramas de 300 euros mensuales”. Esperan que, con el tiempo, cuando se agoten las derramas y estabilicen los gastos, tengan que poner menos porcentaje de su sueldo en pagar la vivienda.
A la entrada han tenido que sumar el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, más notaria, la gestoría y el registro en la propiedad que ascendieron hasta casi 40.000 y 45.000.
Jorge aconseja revisar muy bien a cuánto ascienden estos gastos extra.
La opción B: el alquiler
En un entorno donde el precio de las casas sube y los niveles salariales son bajos no queda otra opción más que el alquiler. Las ventajas del alquiler es que se puede cofinanciar entre varios compañeros de piso. El precio a corto plazo siempre será menor y te permite buscar opciones más asequibles si tu situación laboral cambia.
Compartir una vivienda en alquiler con otras personas resulta la vía de emancipación más factible, pues el coste de acceso de alquiler de un piso compartido para una persona joven asalariada suponía destinar el 25,0 por ciento de su salario neto.
Acceso a la vivienda por Comunidades Autónomas
Según los expertos del Consejo de la Juventud de España, la Comunidad donde a los jóvenes les cuesta más acceder a una vivienda es en las Islas Baleares, Un joven entre los 16 y los 29 años tiene que destinar de media el 97,8 por ciento de su salario individual. A partir de los 30 baja hasta el 60 por ciento.
La segunda más cara es la Comunidad de Madrid, para alquilar un joven debe invertir el 88,8 por ciento y para comprar el 70 por ciento. Sólo el 16,2 por ciento han podido abandonar el hogar de sus padres para instalarse en uno propio. Por encima de la media de España, que se sitúa en tornos al 40-50 por ciento del salario de un joven, estarían también el País Vasco, Cataluña y Canarias.
Por el otro lado de la tabla, nos encontramos con Castilla la Mancha. La más accesible de todas las Comunidades. Los jóvenes tienen que aportar menos del 30 por ciento del salario. Extremadura y Castilla y León serían las otras dos comunidades más económicas para la adquisición de una vivienda.