¿Cómo desafiar a la inflación con tarjetas de crédito?
Los analistas alertan en COPE: el abuso de las tarjetas de crédito pone la cuenta en números rojos y nos impide llegar a final de mes
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El uso de tarjetas para pagar se dispara en España por el impacto de la inflación (8,9% en septiembre), los precios de la alimentación y la energía en el bolsillo del consumidor. Se enmarca dentro de las nuevas vías de financiación con las que afrontar una coyuntura económica cada vez más complicada, pero con la facilidad de que una tarjeta física o a través del teléfono móvil es más fácil y rápida de usar. Basta con tener un límite diario de gasto elevado para satisfacer las necesidades o preferencias a la hora de consumir, sin necesidad de que ningún organismo o entidad crediticia nos autorice a hacerlo.
El profesor de Macroeconomía y Política Económica la Universidad CEU- San Pablo, se muestra categórico en COPE: “Uno de los riesgos que tiene que se generalicen métodos de pago alternativos al dinero en efectivo es que el control de los gastos baja”.
En la actualidad, hay 88 millones de tarjetas de crédito y débito, un 65% más que hace 5 años. Como ejemplo de la necesidad de aumentar el gasto en las familias españolas, el volumen de los créditos que nos facilitan las tarjetas “revolving” se ha disparado un 15% en lo que llevamos de año y mueve actualmente 11.604 millones de euros, como revela el último informe del Banco de España.
Aunque las de débito siguen siendo las preferidas con 47,5 millones, las tarjetas de crédito han crecido un 7% interanual y se elevan hasta los 40,5 millones de unidades en el segundo trimestre de 2022.
Clara es una joven de 29 años que representa el ejemplo más claro de estos datos oficiales. “Llevo seis meses sin sacar dinero en efectivo de un cajero”, nos dice en COPE y se sorprende ella misma de este dato para el que ha tenido que hacer memoria antes de confirmarlo.
BRECHA GENERACIONAL
Carlos tiene 31 años y reconoce en COPE que utiliza “la tarjeta de débito para pagar en cualquier lado y la de crédito me gustaba porque tiene seguro antifraude para compras online. Sin embargo, ahora pago directamente con el móvil. En cuanto hago un pago me llega la notificación y eso permite aceptarlo o denegarlo sin ningún tipo de problemas”.
“En la medida en que se generalice el uso del pago con el móvil, acabará desbancando a la utilización de tarjetas”. Es la predicción que hace en COPE el profesor José Ignacio Cáceres, que cree que se producirá, sobre todo, “en la medida en que los sistemas de lectura de retina o de huellas dactilares hagan más seguro el pago con el móvil”.
No obstante, a la abuela de Carlos le suena “a chino” todo eso que explica su nieto. Josefa tiene 92 años y sigue dependiendo de los billetes y las monedas que lleva en el bolso después de ir a su banco a sacar dinero una vez al mes. “Sí que tengo tarjeta y cartilla. Me las dieron en el banco hace años y, si en algún momento tengo que pagar con tarjeta porque no tengo dinero en casa, nos dice riendo en COPE, “le pido a mis hijos que lo hagan. Para eso me llevan las cuentas del banco y todo el papeleo”.
Cuatro de las 18 principales entidades bancarias han eliminado las cartillas que recogían los movimientos bancarios de sus clientes, mientras se ha incrementado un 76% el número de tarjetas de débito en los últimos 5 años hasta llegar a los 47,5 millones. Las de crédito siguen la misma tendencia y en el segundo trimestre de 2022 se contabilizaron 40,46 millones de unidades. En conjunto, el incremento ha sido del 65% en el último lustro.
A pesar de la contundencia con la que se impone esta forma de pago, el profesor José Ignacio Cáceres se muestra convencido en COPE de que “no hay una crisis del dinero en efectivo, sino una alternativa. El dinero en la economía está en dinero en efectivo que lo emite el banco central de cada país o en forma de depósitos. Realmente, las tarjetas de crédito no son dinero como tal, son el depósito sobre el cual se gira esa tarjeta”.
EDUACIÓN FINANCIERA
Josefa tampoco entiende como pueden saber sus hijos cuanto dinero le queda en la cuenta o si ha cobrado ya la pensión “solo con abrir el ordenador y escribir unas cuentas letras y números que se saben de memoria”.
Es lo mismo que hacen 4 de cada 10 clientes (36%) que prefieren acceder a su banco online, como demuestra la encuesta de ODF-Funcas.
José Ignacio González apunta en COPE que este fenómeno se produce porque “la banca online y la digitalización financiera se utiliza cada vez más porque es mucho más cómodo. Además, los bancos están poniendo cada vez más difíciles las operaciones a los clientes de forma presencial. Lo que pasa es que eso requiere un alto nivel de conocimientos que no todo el mundo tiene, especialmente la gente mayor. Deberían dar muchas facilidades a la gente que no tiene conocimientos ni posibilidad de utilizar la banca online”.
La pandemia fue fundamental para llevar a cabo este cambio, como lo demuestra que en 2019 solo el 17% de los clientes usaran la banca digital.
En el otro lado de la balanza, la banca online ha hecho que solo durante la pandemia se cerraran unos 4.000 cajeros en España y eso es algo que está dificultando las posibilidades de las personas mayores de sacar dinero en efectivo. Las que pueden, hacen como la abuela de Carlos, se trasladan a la oficina una vez mes al mes y se van administrando el dinero para no tener que volver hasta que cobre de nuevo la pensión. Es algo que a sus hijos y, sobre todo, sus nietos no les cabe en la cabeza. Ellos llevan el control de sus gastos en el teléfono móvil.
En la actualidad, se realizan una cuarta parte de las operaciones en cajeros automáticos (28%) de las que se hacían hace 3 años. En contraposición, las tarjetas de crédito se han duplicado en solo una década.
MAS GASTO & MAS INFLACIÓN
El profesor de Macroeconomía de la Universidad CEU-San Pablo cree además que “cuando te acostumbras a pagar con la tarjeta o el móvil, el control de lo que te estás gastando es más difícil porque el pago y la satisfacción que produce el consumir es inmediata y, consecuentemente, se tiende a gastar alegremente en muchos casos. En la medida en que se incrementa ese nivel de gastos y consumo, lógicamente, el nivel de inflación tiende a subir”.
Ante esta situación, los más jóvenes utilizan soluciones como la que describe Clara en COPE: “para pagos pequeños pago con el móvil porque tengo puesta una tarjeta de débito que voy recargando para poder comprar en cualquier comercio sin correr riesgos. A la hora de hacer pagos más grandes como el alquiler del piso utilizo la otra cuenta que es a la que tengo asociada la tarjeta de crédito”.
Las organizaciones de consumidores nos advierten de que uno de los riesgos que supone el uso masivo de las tarjetas de crédito lo encontramos a la hora de superar el crédito del que disponemos. Esa posibilidad, cada vez más frecuente, suele derivar en problemas económicos para el cliente como el bloqueo de la tarjeta o el pago de comisiones excesivas por superar ese límite.