España, a contracorriente en Europa: subida de impuestos mientras los demás los bajan

El plan del Gobierno es radicalmente opuesto al que se promueve desde Bruselas y aplican países como Alemania, Italia y Reino Unido

España, a contracorriente en Europa: subida de impuestos mientras los demás los bajan

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

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La noticia saltó este verano, aunque vuelve a estar de plena actualidad ahora: España quiere ir a contracorriente en Europa en lo que a la economía se refiere. Mientras países como Reino Unido, Italia o Alemania van a bajar los impuestos a la hora de que el dinero no deje de fluir, el Gobierno tiene intención de subirlos. A pesar de que ni la Unión Europea ni el Banco de España abogan por esta solución tras los estragos que ha causado la pandemia.

El aumento de la presión fiscal y los recortes no son plato de buen gusto en tiempos de estrecheces. De hecho, ponen barreras al crecimiento económico que, en teoría, se busca alcanzar. Y, por ende, a la recuperación. Al menos, eso es lo que señalan los expertos, aunque en el Ejecutivo español no tienen pensado cambiar de estrategia.

Queda claro en el plan de aplicación de las ayudas europeas por el coronavirus (unos 72.000 millones de euros irán para España, según Moncloa): se va a afrontar una “modernización del sistema fiscal” para “incrementar la progresividad y redistribución de los recursos para lograr un crecimiento inclusivo y sostenible”. Traducción: que paguen más quienes dispongan de las rentas más altas y que estén por encima de la media.

¿Por qué se opta por esta vía? Puede haber varios motivos. El primero, un documento de recomendaciones que la Comisión Europea hizo llegar a nuestro país en febrero. En él, se pedía una subida del IVA (en lo relativo a los productos de consumo más básico) y de los impuestos medioambientales. Sobre todo, porque “España tiene una recaudación relativamente baja” en lo que respecta al Impuesto sobre el Valor Añadido. La excusa del mandato procedente desde Bruselas podría, por tanto, esgrimirse.

La segunda razón por la que puede que el Gobierno quiera subir impuestos es “dada la situación de deuda y déficit público en el que España se encuentra como consecuencia del coronavirus”, en palabras de Pedro Sánchez. Un escenario que podría paliarse, según la Administración, si se recauda más dinero para las arcas públicas.

Por último, la influencia de Unidas Podemos a la hora de tomar esta determinación no debe caer en saco roto: desde la formación morada se quiere impulsar, desde hace un tiempo, el impuesto para las grandes fortunas. La teoría es que exigir más a quienes más tienen supondrá un alivio de la presión fiscal para la clase media y, lo que es más importante, la baja.

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Estas son tres posibles explicaciones para la medida, que afectaría a todo tipo de impuestos: IRPF, Sociedades, los ya mencionados IVA y medioambientales... ¿Objetivo? Que sea el Estado, y no los particulares, el que maneje la mayor cantidad de dinero en pos de que la economía no decaiga.

Europa, en sentido opuesto

El plan de España contrasta sobremanera con el de otras economías continentales. Que siguen, todo hay que decirlo, las recomendaciones de Bruselas: una política fiscal expansiva a corto plazo, en la que se bajen impuestos, se incremente el gasto o se hagan ambas cosas.

Es la premisa que han seguido países como Reino Unido, donde se han eliminado o bajado algunos impuestos y se busca luchar contra el desempleo, en especial el juvenil. También Alemania e Italia han optado por una solución parecida: en julio, ambos países ya habían rebajado sus impuestos, en conjunto, en más de 59.000 millones de euros.

Pymes, familias y rentas altas están contemplados en la rebaja germana. En la italiana, se planteaba bajar los tipos del IVA, al menos durante unos meses. Los aplazamientos en el pago de los impuestos han estado a la orden del día, como también ha ocurrido en Austria, Bélgica y Francia.

Macron y Merkel

La meta es apoyar a la economía hasta 2022, incluidas todas las empresas afectadas por el coronavirus (otra diferencia con respecto a España, que sólo ha contemplado el retraso en el pago de impuestos para pymes y autónomos). ¿Cómo? Generando confianza.

Es lo que muchos echan en falta en el planteamiento económico del Gobierno ante la crisis abierta por el coronavirus: certidumbres antes que incertidumbres. Lo segundo no parece acabar de disiparse ante un panorama en el que todos reman hacia el lado contrario al español.

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