¿Hemos aprendido algo de la caída de Lehman Brothers?
La caída de Lehman Brothers y la crisis financiera posterior nos ha dejado heridas -algunas todavía no se han cerrado-, muchas lecciones pero también la sensación de que la historia se puede volver a repetir
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Todos los expertos, políticos e instituciones con los que uno habla, a los que uno escucha lo repiten por activa y por pasiva en los últimos diez años. Hay que aprender de la quiebra de Lehman Brothers y no volver a repetir los errores del pasado. Sin embargo una cosa son las palabras y otra, los hechos. Como siempre. La realidad es que hoy el sector financiero sigue incurriendo en riesgos y las administraciones públicas gastan más de lo deben, si pueden. Con estos mimbres no son pocos los que creen que se está incubando la próxima crisis porque algunos todavía ignoran las razones que nos llevaron a la última.
LAS LECCIONES
La de Lehman Brothers fue “una experiencia muy dura” según afirma a COPE Juan José Toribio, profesor emérito del IESE Business School. Nos dejó muchas lecciones. Para el sector que no hay que cometer excesos, el aumento del papel de los reguladores o ser más transparentes. Toribio cree hemos aprendido “por lo menos la importancia de cuidar la solidez del sistema financiero”. En la misma línea se pronuncia Santiago Carbó, catedrático de Economía de CUNEF. Nos cuenta que “se ha avanzado bastante”. Considera que “en este momento, en todo el mundo, las entidades tienen más capital que hace una década para absorber más perdidas y que se ha entendido que eso es necesario para generar confianza en los mercados, a tus inversores y depositantes”. Sin embargo reconoce no es suficiente, que “no todo se ha podido arreglar” porque “hay una parte de la financiación como los fondos de inversión o el mercado de derivados, los vehículos estructurados que no están tan cerca de la visión del regulador”. Y esto es un problema.
Lo cierto es que las entidades siguen incurriendo en riesgos y manteniendo incentivos perversos. Ejemplos como el del Popular hace poco más de un año en España revelan además que los supervisores continúan mirando para otro lado en ocasiones. En cuanto a la transparencia, es un hecho sector se ha acercado al cliente pero en muchas ocasiones éste todavía tiene la sensación de que si pueden, le engañan.
Hay más. Las agencias de rating continúan campando a sus anchas a pesar de los errores cometidos. Y luego tenemos los Gobiernos, las instituciones. Aquí en Europa hemos visto el error de anteponer la unión monetaria a la fiscal y política. Los bancos centrales deben saber poner coto a la expansión monetaria. Los países tienen que afrontar de cara los problemas y no dejar que el pollo se queme en el horno. Han actuado con lentitud y han engordado sus bodegas de deuda pública lo que deja poco margen si llega otra crisis. En el caso de España el agujero por ejemplo ha pasado del 36% del PIB en 2007 al 100% actual. Son 700.000 millones de euros. Ahí es nada.
¿SE PUEDE REPETIR?
Es la pregunta del millón. “Las crisis son cíclicas”, nos recuerda Toribio al que le preocupa el nivel de deuda pública que han alcanzado los países y “el poco margen que deja”. Carbó no tiene claro que la siguiente “vaya a venir por el lado de los bancos”. Dice que le preocupa mucho más la salida de las políticas monetarias de la Reserva Federal y del BCE, el cómo puede afectar, “ya lo está haciendo”, apunta, a los países emergentes. Ese es el gran foco de inquietud ahora mismo.
Diez años después de la caída de Lehman Brothers algunas heridas siguen abiertas y otras se han curado como si nada hubiera ocurrido. Wall Street por ejemplo marca máximos históricos aunque la realidad es que la economía sigue siendo muy vulnerable. Carmen Reinhart y Kenneth S. Rogoff, en su libro “Esta vez es diferente. Ocho siglos de necedad financiera”, introducen un concepto interesante. "Hemos estado aquí antes", y pensamos que "lo que les pasó a otros no nos va a pasar a nosotros". Sin embargo, vuelve a pasar