Números rojos en unas Bolsas preocupadas por los lúgubres indicadores económicos

El índice Ibex 35 ha cerrado en 6.671 puntos, con baja de un 1,13 por ciento

El rojo prima en las pantallas de las bolsas de todo el mundo

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El índice Ibex 35 ha cerrado en 6.671 puntos, su nivel más deprimido del día, con baja de un 1,13 por ciento. Las Bolsas han tenido que digerir una nueva avalancha de débiles indicadores de actividad económica. Están muy complicadas las cosas. Este miércoles se ha conocido que las ventas al por menor en la zona euro se han reducido un 11,2 por ciento en abril. Los pedidos a fábricas han caído en Alemania un 15,6 por ciento en marzo, que es un dato mucho peor de lo que se esperaba.

No han sido buenos tampoco los índices que miden la actividad en el sector servicios europeo. Todos los países han registrado caídas récord debido a la hibernación de la economía no esencial. El índice compuesto, que tiene en cuenta también la actividad manufacturera, ha caído en el conjunto de Europa de 29,7 a 13,6 puntos. Está en mínimos históricos y muy lejos de los 50 puntos que separan la contracción del crecimiento.

La Comisión Europea ha constatado el frenazo en seco de la actividad en España. Estima que la economía española sufrirá una contracción del 9,4 por ciento en el ejercicio en curso. El déficit alcanzará el 10,1 por ciento, la deuda al 115,6 por ciento del PIB y la tasa de paro aumentará hasta el 19,9 por ciento. Estas cifras se ajustan bastante bien a las que maneja el Gobierno español, que espera que la economía se contraiga un 9,2 por ciento este año, con un déficit del 10,3 por ciento, una deuda del 115 por ciento del PIB (frente al 95,5 del año pasado) y una tasa de paro del 19 por ciento.

Malas previsiones para España

Bruselas sitúa a España, Italia y Francia entre los países más vapuleados por la crisis económica derivada de la crisis sanitaria. Para el conjunto de la zona euro, la Comisión espera una caída del PIB este año del 7,7 por ciento, con una recuperación del 6,3 por ciento en el ejercicio 21. Según las cuentas de Bruselas, Alemania caerá un 6,5 por ciento este año, Francia un 8,2 e Italia un 9,5 por ciento. Por su parte, la Airef, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, cree que la recuperación no será en V, ya que el PIB puede crecer tan solo un 5,8 por ciento el año que viene, frente al 11,7 por ciento que puede contraerse en el ejercicio en curso. Teme, además, que tanto la deuda como el déficit aumenten más de lo que esperan el Gobierno y la Comisión Europea.

Ahora los inversores miran hacia la reunión del Eurogrupo, que busca un acuerdo sobre el plan de reconstrucción, sobre su mecanismo de financiación y sobre la fórmula para instaurar este programa de estímulo económico. En general, los mercados se muestran escépticos sobre la capacidad de Europa de actuar conjuntamente. Los analistas se muestran muy preocupados por la falta de coordinación en el seno de la zona euro. Cada país ha diseñado su plan de desescalada y reapertura de la actividad económica, lo que no deja tranquilo a casi nadie. La recuperación económica puede ser más lenta y laboriosa de lo deseable, precisamente porque cada país está haciendo la guerra por su cuenta.

Los analistas, en general, están abandonando la idea de que la recuperación sea en V, incluso relegan a un segundo plano la idea de una U. Ahora hablan de una L o, cada vez con mayor intensidad, esperan que la economía dibuje una gráfica parecida al “swoosh” de la firma deportiva Nike. Por cierto, que en la mitología griega, Niké era la diosa de la victoria. La forma que adopte finalmente la recuperación dependerá en buena medida de la evolución de la pandemia, de la aparición de medicamentos y vacunas contra el coronavirus y, a fin de cuentas, dependerá de que los consumidores y las empresas recuperen la confianza. Hasta entonces, las Bolsas se mantendrán en guardia y con movimientos erráticos.

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