La logística se prepara para los aranceles de Trump: "Las empresas ya trabajan en establecer estructuras duales"
El aumento de costes que supone la reestructuración logística se trasladará al consumidor final
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Donald Trump sonriente
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Automóviles, semiconductores y farmacéuticas. Son los últimos sectores amenazados por los aranceles de Trump. Un gravamen del 25% para todos los productos, que entraría en vigor en abril.
La onda expansiva de estas medidas ya llega al sector de la logística, que se prepara para esquivar el golpe por nuevas rutas comerciales, con el consecuente incremento de costes. Y es que los aranceles podrían elevar el gasto logístico en un 4%, según los cálculos de la Cámara de Comercio de España. Por eso las empresas del sector preparan ya su plan B: nuevas cadenas de suministro y vías alternativas. “Están analizando la posibilidad de establecer estructuras duales en sus cadenas de suministro, es decir, por un lado desarrollan una red logística para poder trabajar en el potente mercado chino y, por otro, impulsar una red completamente independiente para poder acceder sin problemas políticos o administrativos en la órbita de los Estados Unidos”, explica el presidente de la patronal Uno Logística, Francisco Aranda.
Duplicar las cadenas de suministro lleva aparejados unos costes que, dependiendo de cuáles sean las vías alternativas, se pueden traducir en una factura importante. Las empresas se verán en la necesidad de replantear rutas de transporte y estrategias de aprovisionamiento, para evitar países con barreras comerciales elevadas, optando por proveedores dentro de la Unión Europea para aminorar gastos y burocracia.
Y es algo que ya se ha visto tras la imposición de aranceles a productos asiáticos; algunos importadores españoles han comenzado a buscar alternativas en países europeos para mantener la competitividad y reducir los tiempos de entrega.
Almacenamiento de stock
Además, para sortear los efectos negativos de los aranceles o la incertidumbre sobre su evolución, muchas compañías optan por acumular stock en almacenes nacionales, lo que dispara la demanda de espacio y encarece el almacenamiento. En España, con un tejido industrial y comercial fuertemente vinculado al comercio internacional, este fenómeno ya está generando tensiones en sectores clave como el agroalimentario y la automoción. “Tienes que tener stock preparado por si se producen determinados acontecimientos que puedan provocar una rotura de stock”, añade Aranda.
Todo ese aumento de costes que supone la reestructuración logística se trasladará al consumidor final.
Cómo afectan al transporte terrestre y marítimo
En el transporte terrestre, España juega un papel clave en las rutas logísticas europeas, y cualquier encarecimiento de las mercancías afecta directamente a la competitividad de los operadores logísticos.
En el transporte marítimo, los aranceles podrían alterar los volúmenes de importación y exportación en puertos estratégicos como los de Algeciras, Valencia y Barcelona.
De ahí la importancia de que las empresas diversifiquen sus mercados: “Cuanto más diversificada tienes tu cartera de clientes, menos te afecta. Solo hay que ver cómo afecta una guerra al transporte logístico, por eso hay que ser previsores y tener preparada una alternativa”, asegura Luis Puzo, representante en Aragón, Navarra, La Rioja y Castilla-León en el Puerto de Barcelona.
El comercio con EEUU
El impacto general de los aranceles en la economía española sería menor que en otros socios europeos, ya que las exportaciones a EE. UU. representan apenas un 2'3 % de nuestro PIB, unos 22.000 millones de euros al año, frente al 4'6 % de media en Europa, según los datos de la Cámara de Comercio de España. Hay 27.000 españolas de distintos sectores que envían sus productos a EEUU, que es el sexto destino en el extranjero y el segundo fuera de la UE, por detrás de Reino Unido.
Por otra parte, las importaciones de productos estadounidenses a territorio nacional suponen un 2,5% del PIB español frente al 4,3% en el caso de la UE, siendo los bienes de equipo, los productos semimanufacturados, agroalimentarios y energéticos los más importados. España tiene un déficit comercial con el país de Trump, lo cual podría beneficiarnos en el tema arancelario porque EEUU quiere la balanza a su favor.
No obstante, si analizamos el impacto por sectores, algunas industrias españolas sufrirían un perjuicio importante. Es el caso del aceite, dado que el 30 % de las ventas al exterior se dirigen a EE.UU., por lo que la región más afectada sería Andalucía. En el caso de los productos químicos, el 50 % de las exportaciones tienen como destino EE. UU., lo que afectaría especialmente a las empresas catalanas. Otras regiones con mayor exposición serían la Comunidad Valenciana, Madrid y el País Vasco, en sectores industriales y agroalimentarios.