Los inversores optan por esperar y ver y la Bolsa sigue sin levantar cabeza

Una vez superado de largo la primera mitad del mes de agosto, los inversores creen casi inevitable que confirme su negativa fama de mes bajista. Además del bajo volumen de negocio que lo caracteriza, se ha enfrentado a dos cisnes negros difíciles de sortear, la rebaja de la calificación a Estados Unidos y la rápida desaceleración de la economía china con su sector inmobiliario atravesando una severa crisis de liquidez.

En estas condiciones, tras la primera sacudida a la baja, los inversores se están optando por esperar y ver, girando hacia posiciones más defensivas y de liquidez, por lo que pueda venir. El índice Ibex 35, lastrado por la indefinición de Wall Street, ha registrado una mínima caída del 0,05 por ciento para quedar en los 9.262 puntos.

El fuerte ajuste del 3,4 por ciento de Fluidra tras ser uno de los valores más alcistas de las últimas sesiones, ha contrarrestado la progresiva recuperación del sector bancario liderado por Bankinter con un avance del 1,3 por ciento, mientras que Grifols ha ganado un 1,13 por ciento..

Todo ello a la espera de que se vayan despejando las numerosas incógnitas que rodean al mercado. Para mañana se esperan importantes datos de actividad PMI en Europa y Estados Unidos que pondrán a prueba al mercado. En los próximos días se esperan también datos de confianza en Alemania, la zona euro y Estados Unidos, que servirán de termómetro para conocer el estado de salud de las principales economías mundiales.

Máxime después de los síntomas de debilidad en China que ha obligado al Banco Central a tomar medidas drásticas como el recorte de sus tipos de interés a un año para frenar el deterioro del sector inmobiliario. Una delicada situación que ha acabado con la declaración de bancarrota de Evergrande, una de sus principales promotoras, en Estados Unidos para reestructurar su deuda.

Entre el martes y el miércoles se conocerán también datos de ventas de casas en Estados Unidos. Muy relevantes para el mercado por su efecto sobre el consumo y la inflación. La semana se cerrará el viernes con el PIB de Alemania correspondiente al segundo trimestre del ejercicio, que seguramente vendrá a confirmar el estancamiento del motor de la economía europea.

Con todo, las miradas estarán centradas esta semana en la reunión de banqueros centrales que se celebra en la localidad estadounidense de Jackson Hole a partir del jueves. Los expertos esperan nuevas pistas sobre los próximos movimientos a seguir en política monetaria. Seguramente, en los debates se hablará también de la delicada situación por la que atraviesa China y su posible efecto contagio, sobre todo hacia los países emergentes.

Especial interés genera la intervención del Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, prevista para el viernes. La contención de los precios durante el mes de julio podría animar a la entidad a retrasar las subidas de tipos previstas para septiembre para ganar tiempo y comprobar los efectos de las últimas subidas y así contener el riesgo de descarrilamiento de la economía. Sin embargo, de momento, pocos son los analistas que se decantan por esta opción.

A primera hora del día, en n Alemania se ha dado a conocer los precios de producción de julio en Alemania. Han caído un 1,1 por ciento interanual. Un pequeño alivio para las presiones inflacionistas que viene sufriendo el motor económico de la zona euro. Dato que ha contribuido a la tímida mejora del Dax, principal indicador de la bolsa alemana, al cierre.

Máxima tranquilidad también en el resto de los mercados financieros. El precio del barril de Brent se ha mantenido estable en torno a los 85 dólares, mientras el cambio del euro se ha estabilizado por debajo de 1,09 dólares tras la mayor fortaleza mostrada por el billete verde a raíz de los últimos indicadores norteamericanos y las actas de la Reserva Federal.