Nadie mueve ni un pelo en los mercados a la espera de la “cumbre” China-EEUU
El mercado se ha paralizado por completo a la espera de noticias sobre las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos
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La Bolsa abre con poco movimiento. El mercado se ha paralizado por completo a la espera de noticias sobre las negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos. El índice Ibex 35 baja apenas un 0,2 por ciento tras la primera media hora de contratación. Se coloca en 9.130 puntos. La actividad es muy corta, casi testimonial. La Bolsa ha cerrado con signo negativo en las últimas cuatro sesiones. Pero no ha perdido demasiado. A falta del cierre de hoy, la Bolsa acumula en esta semana una pérdida de algo menos de un 1 por ciento. En el mes de junio, por el contrario, muestra un balance ligeramente positivo. En el conjunto del primer semestre del año la Bolsa ha subido un 7 por ciento.
La reunión entre los máximos mandatarios de ambos países tendrá lugar mañana por la mañana en Japón, en Osaka, en el seno el G-20. Los mercados parece que están dispuestos a conformarse con poco o muy poco. Bastará con que haya gestos, con que haya un acercamiento. Bastará con una tregua, porque nadie espera un acuerdo, ni mucho menos. De momento, ambas partes han tensado la cuerda. El presidente Trump ha amenazado con nuevos aranceles si no se produce un acercamiento, mientras China ha puesto sobre la mesa una serie de condiciones a la hora de sentarse a negociar con Estados Unidos. Entre ellas estaría la eliminación de los aranceles existentes y el levantamiento de las sanciones sobre Huawei. No es el mejor caldo de cultivo para que las negociaciones sean fructíferas, pero ambas partes están acostumbradas a moverse bajo la presión que han generado ellos mismos. Por eso y pese a todo, hay esperanzas de que Washington y Pequín sean capaces de acercar posturas e incluso de firmar una tregua que permita continuar con las negociaciones con menor presión en la olla.
Los analistas más animosos consideran que se puede producir una fuerte reacción alcista de las Bolsas en el corto plazo siempre y cuando desaparezca la espada de Damocles de la guerra comercial, siempre y cuando bajen lo tipos de interés en Estados Unidos y en Europa y siempre y cuando la economía mundial empiece a reaccionar y mejoren los resultados empresariales. Son muchos condicionantes, pero pueden darse. La solución, el próximo lunes. El índice S&P 500 podría marcar nuevos máximos históricos y eso que este último ha sido su mejor semestre desde hace más de 20 años. Los más optimistas esperan que la Fed baje el precio del dinero en total en 0,75 puntos en este año. Podría hacerlo en dos o tres veces comenzando ya el su próxima reunión de finales de julio.
Hoy los mercados, además, tienen que cotizar el PIB de España, que ha crecido siete décimas en el primer trimestre del año respecto al trimestre anterior, con una tasa interanual del 2,4 por ciento. Es su mejor lectura desde hace un par de años. Hoy se conocerá también el IPC de la zona euro y el PIB del Reino Unido.
En los demás mercados, el petróleo se mantiene cerca de 66 dólares por barril. La semana que viene tendrá la lugar la “cumbre” de la OPEP. Se espera que los países integrados en la OPEP prolonguen los acuerdos de restricción de la producción. Así lo ha señalado también hoy mismo el ministro del petróleo de Iraq.
El oro ha perdido fuelle, pero sigue por encima de 1.400 dólares por onza. Se aleja de los precios que ha marcado en las últimas jornadas. Algunos analistas no descartan verlo a 1.600 dólares si continúa la tensión comercial entre Estados Unidos y China, si se mantiene la crispación prebélica entre Estados Unidos e Irán, y si persiste la debilidad de la economía mundial. En el mercado de deuda pública, el rendimiento de los bonos alemanes a diez años continúa rondando mínimos históricos, en el menos 0,32 por ciento, mientras el bono español ofrece una rentabilidad de tan solo el 0,39 por ciento.