El parque automovilístico envejece, ¿cuáles son los riesgos?
Es el principal problema para la contaminación y los accidentes en carretera
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Las ventas de coches no paran de caer en los últimos meses por la incertidumbre y esto está agudizando el problema -no es nuevo- que tiene España con el envejecimiento del parque automovilístico. En 2018 la edad media aumentó hasta los 12,4 años y eso nos sitúa a la cola de los países de la UE en cuanto a renovación de vehículos. En Alemania la antigüedad media ronda por ejemplo los 9,4 años, en Francia está en 9,3 años y Reino Unido, 8,8 años.
El informe anual elaborado por la patronal de fabricantes ANFAC revela varios datos significativos. Antes de la crisis, el 35,7% del parque de turismos y todoterrenos en España tenía más de 10 años. En 2018, esa cuota estaba en el 61,6%. Hoy se venden los mismos automóviles que entonces, casi tres millones entre nuevos y de segunda mano, pero la distribución es completamente diferente. Se venden el doble de más de 10 años. Su volumen ya iguala a las entregas de vehículos nuevos. Solo el año pasado cambiaron de manos en nuestro país 166.000 vehículos con más de dos décadas de vida. Ahora la edad media de los coches que se lleva a achatarrar es de 19 años.
En definitiva, la mejora económica que ha experimentado España tras la recesión no ha servido, de momento, para renovar el parque automovilístico. Según los cálculos seguirá envejeciendo, al menos hasta 2022.
RIESGOS
Es un hecho que la incertidumbre está empeorando la calidad de nuestro parque envejeciéndolo pero también haciéndolo más contaminante e inseguro. Sobre lo primero, el sector mantiene que el gran problema para el medio ambiente no es el diésel o los vehículos de gasolina sino los coches viejos. Las emisiones contaminantes de un coche de más de 10 años son un 85% superiores a las de un turismo actual. En cuanto a lo segundo, está demostrado que cuanto más antiguo sea un automóvil, mayor riesgo tiene de accidentes en carretera.
El sector reclama un plan de choque, un plan de achatarramiento amplio que saque los vehículos de más de 15 y 20 años de carreteras y de las ciudades, porque son los responsables del empeoramiento de la calidad del aire, del impacto sobre el cambio climático y la seguridad vial. Son muchos los que creen que no vale con centrar los esfuerzos en impulsar la compra solo de vehículos eléctricos. No todos pueden pagar lo valen. Por eso es necesario estimular también la adquisición de nuevos diésel, en general de vehículos de combustión jóvenes, que contaminan menos y son más seguros.