Polémica por transportar agua en barco a Cataluña: ¿cuánto costará y pagaré de más al mes como consumidor?
El gobierno plantea llevar agua a Cataluña en barcos desde Valencia, lo que implica un gasto para las arcas públicas y que sin duda redundará en el bolsillo del consumidor
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"El agua no es de una cuenca o de un territorio, es de los españoles". Así de claro lo dejaba este mismo lunes Carlos Herrera en su monólogo de las 8 en Herrera en COPE.
Bajo esta premisa el Gobierno ha plateado utilizar barcos para llevar agua de una desaladora de Sagunto (Valencia) hasta Cataluña, que sufre una sequía severa que les ha puesto en situación de emergencia desde la semana pasada y que les ha llevado a restringir su consumo a un máximo de 200 litros por habitante y día.
Pero el debate está servido, tal y como explicaba el comunicador. "La única duda es saber si el proceso inverso sería posible en España, es decir ¿sería posible llevar agua desde Cataluña a cualquier otra región que lo necesitara?".
Por lo pronto, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, "ha dado una lección de cómo hay que comportarse", al mostrarse a favor de "la solidaridad hídrica entre regiones". Una solidaridad que a su juicio, "debe extenderse de manera oficial a toda España".
Eso sí, ha pedido al ministerio de Transición Ecológica que garantice "por escrito" que el envío de agua a Cataluña no va a perjudicar a la costa valenciana".
Los barcos, un parche
Transportar el agua en barcos, lejos de ser una solución sólida se presenta en opinión de algunos expertos como un "parche". Así lo valoraba este domingo en Mediodía COPE, José Luis Hervás, experto en la gestión de recursos hídricos.
Considera que soluciones de este tipo solo evidencian "el gran fracaso en la planificación en este país".
Hay que sumarle que llevar agua en barcos implica un "cierto riesgo" ya que no existen en el mercado barcos que transporten exclusivamente agua por lo que se recurre a los que transportan otros productos como hidrocarburos o gases, lo que ha obligado en algunas ocasiones a tirar el agua al mar "ya que quedaban restos de los materiales transportados".
Por eso voces como la del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, han pedido a Gobierno y Generalitat que expliquen cómo garantizarán que el agua llegue potable a los grifos.
La guerra del agua
Para que se pueda transportar agua de un lugar a otro, lo primero es que sobre. Algo que explica Hervás sucede en España. "Tenemos 38.000 hectómetros cúbicos sobrantes de agua anuales".
Esta cantidad justificaría la construcción de nuevos trasvases, sobre todo en el Ebro, pero es un tema espinoso que levanta ampollas y resucita viejos fantasmas entre gobierno y regiones.
Por un lado la construcción es cara e implica a muchos gobiernos autonómicos y por otro aquellos lugares en los que está 'sobrando' agua "no están de acuerdo en traspasarla por si la necesitaran en un futuro.
En este contexto han irrumpido con fuerza las desaladoras que permiten tener "agua infinita" y que podrían zanjar la eterna guerra hídrica.
Transporte en barco: 10 millones al mes
Los costes de la operación se van sumando. Por un lado las infraestructuras. En noviembre pasado, el conseller de Acción Climática de la Generalitat, David Mascort ya avisaba del precio de poner a punto las instalaciones del Puerto de Barcelona para tal fin "entre 4 y 5 millones de euros", entre cambiar algunas válvulas, adecuar los accesos y hacer el mantenimiento de lo que ya se hizo por la sequía de 2008, cuando recordemos también se transportó agua en barcos por una situación similar.
El Gobierno ya ha informado de que cada barco transportará 20.000 metros cúbicos de agua y que para producir esta cantidad una desalinizadora como la de Sagunto requiere unas 12 horas, por lo que para abastecer a Barcelona y su metrópolis se necesitará un barco y medio al día o hasta 2 más o menos.
Cada barco cuesta "1 millón de euros", explicaba Carlos Herrera este martes.
Si volvemos a remitirnos a 2008 entonces, según recogía el Diario Córdoba, los "diez barcos -incluido el precio de compra en la fuente de origen, el transporte y otros importes como tasas portuarias o explotación de las infraestructuras"- que provenían de Carboneras (Almería), Marsella (Francia) y Tarragona para llevar agua a Barcelona, alcanzaron un coste total de 22 millones de euros mensuales".
Más cifras que nos pueden dar una idea del coste. Nos remitimos a las dadas por el gobierno andaluz, cuando aprobó el pasado mes de diciembre su estrategia de lucha contra la sequía en la que también se barajaba el transporte del agua en barcos este verano a algunas zonas, como la costa de Málaga.
La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, lo valoraba en unos diez millones al mes.
¿Quién asumirá los costes?
La ministra teresa Ribera ha explicado que la desalinizadora de Sagunto comenzará a funcionar a su capacidad completa; que el coste de producción del agua lo asumirá Acuamed y el Gobierno; y que la Generalitat está trabajando en "cómo asumir la capacidad de transporte y recogida del agua" en Barcelona.
Triplicar el precio del agua
Este precio sin duda podría tener repercusión en el bolsillo del consumidor.
En este sentido el profesor del departamento de Geografía de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) David Saurí ha advertido de que la medida es una alternativa "muy cara", ya que el agua saldría por un precio de entre 5 y 10 euros el metro cúbico, cuando actualmente en Barcelona se encuentra alrededor de los 2 o 3 euros.
En otras palabras, se podría duplicar y hasta triplicar el precio del agua, algo a su juicio "inasumible para muchas familias".