¿Qué puede hacer el Gobierno para frenar la inflación?

Los españoles tenemos cada vez menos dinero en el monedero. O tenemos el mismo, pero nos rinde menos, no podemos comprar lo mismo. El poder adquisitivo que nos proporciona nuestro sueldo es menor que hace una década. Los precios han subido mucho en los últimos meses, primero por las derivadas del coronavirus. Segundo, por la invasión de Ucrania que está causando verdaderos estragos en la economía mundial y ¿quiénes son los que padecen las consecuencias?

La respuesta es clara, el ciudadano, las familias que ya tienen un verdadero roto en el bolsillo por donde se escapa el valor del dinero. A las pruebas nos remitimos, según el Monitor Adecco de oportunidades y satisfacción en el empleo: el poder adquisitivo de los trabajadores españoles ha caído un 6,9 % desde 2009, y eso que la remuneración media se recuperó en 2021 un 6,4 % en comparación con 2020. El salario medio español se situó en 2021 en 1.749 euros mensuales, una cifra que, sin embargo, no sirve para llegar a los niveles de poder adquisitivo máximos, registrados a finales de la década de los 2000.

Ese mayor poder de compra que teníamos en 2009 se debía, entre otras causas, a una inflación en mínimos históricos, en 0,8%, la cifra más baja anotada a cierre de un año desde 1962. En estos momentos la inflación está en su mayor nivel desde 1989, disparada al 7,4%, toda "una agresión a nuestros bolsillos con una incidencia muy negativa en nuestra calidad de vida" subrayaba a cope.es el profesor José Manuel Corrales, profesor de Economía y Empresa de la Universidad Europea y Universidad Oberta de Cataluña.

Una situación complicada para todos, incluso los dirigentes de los países tienen muchas limitaciones para poder influir en esta dinámica inflacionista "porque ya sea la pandemia, ya sea la invasión rusa, es muy difícil cambiar la situación" subraya el profesor Corrales.

Con los precios al consumo (IPC) 5 puntos por encima de unos salarios que han subido entre el 2 y el 2,5%, el ciudadano de a pie, las familias van a reducir gastos, en mucho casos obligados ante su falta de poder adquisitivo o como medio de ahorro ante el futuro incierto. Al consumir menos, el comercio, la hostelería, turismo, resultarán perjudicados, se perderán puestos de trabajo y la economía entrará en estanflación.

Ante la incertidumbre desmesurada, los empresarios piden cautela y poner el empleo como prioridad para no perder competitividad como país.

Revés para toda Europa y consecuencias de calado para España

Una semana antes de que Putin comenzara su ofensiva bélica contra Ucrania, la Unión Europea (UE) advertía de que el crecimiento económico de sus miembros se ralentizará más de lo esperado en 2022, revisando a la baja sus previsiones económicas el bloque crecerá un 4% este año y un 2,7% en 2023. En la presentación del informe (revisado) de las previsiones de invierno, el comisario de Economía Paolo Gentilone, subrayaba subrayaba que ningún país miembro de la Unión estaban a salvo de la presión inflacionista, debido en gran medida por el precio de la energía.

"La economía europea se ha frenado debido a la variante ómicron, los cuellos de botella en la cadena de suministro y el alto precio de la energía", explicaba Gentilone. Sin embargo, dejaba ver que se estaba más cerca de recuperar el terreno perdido con la pandemia. Ahora, con la entrada en escena del conflicto en Ucrania, ese ligero optimismo del comisario europeo ha recibido un serio revés y la recuperación puede no conseguirse en la segunda mitad del año como el Ecofin preveía ya que la subida de los precios no va a ser tan transitoria como creían .

Revés que para España va a tener consecuencias de calado como ya ha recalcado la vicepresidenta primera y ministra de Economía Nadia Calviño: "Puede haber una ralentización de la recuperación y un impacto claro en los precios".

Para evitar ese nivel de inflación muy alto y el estancamiento económico, ¿qué deberían hacer los gobiernos, que debe hacer el Gobierno español?

Paraguas de medidas económicas para capear la tormenta inflacionista

Mientras pone en marcha el Plan Nacional de Respuesta al Impacto de la Guerra anunciado por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, el Ejecutivo pretende amortiguar el impacto en el consumidor y para ello aboga por conseguir a nivel comunitario "desacoplar" el precio del gas del de la electricidad en los mercados mayoristas.

De momento, se prorrogará hasta el próximo 30 de junio la rebaja de impuestos vigentes para que baje el recibo de la luz, los descuentos adicionales del bono social y las ayudas para los consumidores industriales. Se seguirá con la rebaja del IVA, del 21% al 10%, la suspensión del impuesto sobre generación del 7% y la bajada del impuesto especial eléctrico del 5,11% al mínimo legal del 0,5%.

El recibo de la luz es uno de los que más está machacando a las familias (al enfrentarse a determinadas horas, en los últimos días, con el megavatio/hora a 500 euros e incluso 700 como se prevé que se alcance este mismo martes en momentos como la hora de la cena de la mayoría de los hogares).

A esto se suma que se va a compensar a las constructoras los sobrecostes por la inflación en las obras y se convoca una subasta extraordinaria de renovables con el fin de cubrir aquellos frentes en los que el mazazo de la inflación es mayor: industria, construcción, hogares y mercado energético.

¿Seguirá adelante con la reforma fiscal que preveía subida de impuestos?

Apoyándose en un comité de expertos presididos por Jesús Ruiz-Huerta, el Gobierno tiene previsto subir impuestos al diésel, a los hidrocarburos, en general, con un impuesto a los billetes de avión, pago por el uso de las carreteras, subidas de IRPF a las grandes fortunas o una nueva fiscalidad verde.

Todo esto se puede quedar de momento en stand-by, en reposo, ante la grave situación que se vive en Ucrania.