"Nuestro papel ante el desastre y el autogolpe de Maduro en Venezuela me da vergüenza"
El director de La Linterna, Ángel Expósito, critica la escasa gestión del gobierno español ante la compleja situación que está viviendo el pueblo venezolano
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Se nos escapa entre las crónicas y las tertulias. Nos olvidamos del pueblo venezolano, auténticas víctimas del narcoestado chavista de Venezuela. Víctimas bajo la bota golpista de Maduro, Diosdado Cabello y Delcy Rodríguez.
Me imagino a Rodríguez Zapatero con las lágrimas cayendo solo por un lado junto a Monedero, los Pablo Iglesias, no sé cuántos del gobierno. Más de 7 millones de exiliados, la inmensa mayoría exiliados por miseria. Tantos millones de desplazados como los de la guerra de Siria o la guerra de Ucrania.
Hablamos mucho de política interna, de política exterior, del dictador Maduro, de Delcy Rodríguez y de Ábalos, de nuestro gobierno, del papelón lamentable de Zapatero y se nos está olvidando el pueblo venezolano.
Yo les he visto. A mi, ZP con sus monsergas, su baboseo y las medias tintas del gobierno no me valen, yo les he visto.
Yo he visto abortar en mis narices a Astrid en la parada en Cúcuta, un inmenso patio del Obispado en Cúcuta, en Colombia. La pobre Astrid empezó a sangrar sentada en un banco. Tras volver del hospital se puso a comer, devoraba un plato de arroz.
O'Darrile, en la puerta de la selva del Darién, intentando llegar a Estados Unidos, llorando cuando le pregunté y al recordar a sus hijos que seguían en Venezuela. La realidad del venezolano. Como aquella chica guapísima que en el puente Simón Bolívar que me cogió del brazo y me dijo "por dos dólares yo le correspondo". Yo le pregunté: "oye, ¿qué quieres decir? ¿Eso de corresponder?". Ella me hizo el signo del sexo oral, a cambio de dos dólares. Le pregunté para qué querría dos dólares y me dijo que para comprar un trozo de jabón y así volver otra vez para atrás, hacia San Cristóbal, en el estado de Táchira, en Venezuela.
Y mientras, nuestro gobierno mirando para otro lado, y Zapatero y los socios, despreciando a esos siete millones de venezolanos que huyen de Maduro, de Delcy Rodríguez, la amiguita de Ábalos, y de Diosdado Cabello.
En fin. Siento una pena infinita por nuestra historia en común, por tantos emigrantes españoles que viajaron a Venezuela, por tantos venezolanos que emigran a España. Somos iguales, somos lo mismo.
Nuestro papel ante el desastre y el autogolpe de Maduro en Venezuela me da vergüenza, porque yo lo he visto. Maldita vergüenza que siento como español.