Solo 2 de cada 100 parados encuentra trabajo a través del Servicio Público de Empleo

España lidera el paro de la Unión Europea y duplicamos la media de la tasa de desempleo estructural, que en nuestro país se sitúa entre el 12 y el 13%, según el Banco de España. Las habilidades profesionales de los desempleados no casan con los requisitos del mercado de trabajo.

En este contexto, es más que preocupante que sólo el 1,9% de las personas que consiguieron incorporarse al mercado laboral en 2023 lo hicieran a través del Servicio Público de Empleo (SEPE). Y contrasta con la asignación para políticas activas, que el año pasado se llevaron 2.800 millones de euros de las arcas públicas (231.886.000 euros aportados por el presupuesto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia). Son las comunidades autónomas las encargadas de gestionar esos fondos.

Más de 1.400 millones se destinaron específicamente a empleo, es decir, análisis del mercado, búsqueda activa o gestión de ofertas de trabajo. Sin embargo, solo 338.000 personas consiguieron abandonar las listas del paro a través del SEPE. Fueron muchos más los que lograron un empleo a través de una Empresa de Trabajo Temporal, en concreto, casi 770.000 personas.

“La clave es la agilidad. Las empresas buscan incorporar personal a sus plantillas de manera ágil. El proceso en sí tampoco es sencillo; con suerte, desde que empieza la búsqueda hasta que termina pueden pasar uno o dos meses. Si no va bien, podemos estar hablando de cuatro meses o más”, explica Pedro César Martínez, profesor de recursos humanos y gestión de talento de la Universidad Pontificia Comillas, que matiza que las grandes empresas tienen sus propios canales para encontrar el talento que necesitan y, por lo tanto, “cualquier política enfocada a que las pequeñas y medianas empresas, que son la mayoría en nuestro país, encuentren los recursos humanos que buscan debe ser bienvenida”.

Imprescindible la formación

Para que España reduzca esa tasa de paro estructural necesita mejorar el emparejamiento en el mercado: “El gran desafío que tenemos es acompasar la oferta y la demanda”, añade Martínez. Y para eso es imprescindible la formación.

De los fondos para las políticas activas de empleo, 1.000 millones fueron precisamente a este concepto y, de esa cantidad, casi el 60% se destinó a cursos para parados de larga duración. Pero tampoco fue suficiente porque “tiene que haber un canal de comunicación ágil entre los servicios públicos de empleo, empresas y sindicatos que establezcan las necesidades de las corporaciones”. “Si te retrasas seis meses en lanzar una oferta formativa a lo mejor se te ha quedado obsoleta”, indica el experto, quien apuesta también por centrar más esfuerzos en el colectivo de parados mayores de 52 años, que tienen mucho más complicada su reincorporación al mercado laboral. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), hay más de un millón de personas mayores de 50 años que llevan buscando trabajo más de un año.

Este año ha bajado la asignación para políticas activas de empleo a 1.800 millones de euros. De esa cantidad, el 35% (633 millones) irá directamente a los parados mayores de 52 años.