Vuelta a las oficinas, poco uso en remoto y más estrés: así vivimos el teletrabajo dos años después

Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, el teletrabajo se convirtió en algo forzoso, cambiando la vida personal y laboral de medio mundo

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Profesora en la Universitat Abat Oliba CEU, Carmen Ruíz: "Teletrabajar no es trabajar dese casa"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Con la llegada de la pandemia y el confinamiento, el teletrabajo se convirtió en algo forzoso, cambiando la vida personal y laboral de medio mundo. Básicamente, no quedaba otra opción para subsistir. Durante dicho lapsus de tiempo, se ha hablado y reafirmado sobre las bondades y los perjuicios de esto. Además de que se teorizaba de que el teletrabajo había llegado para quedarse. Sin embargo, la respuesta en nuestro país no es tan positiva para este esta variante laboral.

Un informe COTS realizado, con una muestra de 25.000 encuestas, y publicado por el grupo de investigación POWAH, de la Universidad Autónoma de Cataluña y el Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS-CCOO), ha llegado a la conclusión de que el teletrabajo se ha desplomado.

Para ser más específicos, el uso del teletrabajo en las empresas o instituciones, al menos en las que han participado en esta dicha encuesta, ha disminuido a la mitad si lo comparamos con la cifra de 2020. De hecho, se sitúa en un 17,2 por ciento. Por lo que solo 1 de cada 5 empleados teletrabajan.

La diferencias entre la frecuencia de teletrabajo mayoritario (9,8 por ciento) y el que es combinado con el trabajo presencial (7,4 por ciento) fue mucho menor en 2021 en comparación al año 2020. Esta disminución se ha visto más agudizada entre los puestos de dirección (20,1 por ciento en 2021) y los puestos científicos y técnicos (30,5 por ciento en 2021), y mucho menos entre los trabajos de apoyo técnico (32 por ciento en 2021) y los de trabajo administrativo (35,6 por ciento en 2021).

Los mismos investigadores del este estudio opinan que la escasa base tecnológica del empleo en España hace que sea difícil la implantación de este de trabajo. La investigadora, Carla Llorens, ha afirmado que "hasta que esto no cambie, España no será un país para teletrabajar".

Por qué se ha desplomado en España

La profesora del grado en Dirección de Empresas de la Universitat Abat Oliba CEU, Carmen Ruiz, explica que, entre otras razones, se debe al hecho de "sentirse aislado". "Si no se trabaja mucho el tema de trabajo en equipo y se traslada al entorno virtual, la manera de trabajar tradicional al final predomina sobre el teletrabajo", ha añadido.

"Se ha hecho un esfuerzo muy grande por la pandemia. Pero ahora, ese esfuerzo se tiene que redoblar", aclara. "Antes de 2019 el teletrabajo era muy minoritario. A partir de la pandemia esto se aceleró (...) Y lo que ha pasado es que, una vez experimentado, y viendo todo lo que conlleva, es que no hay tanta aceptación como había antes. Al final, el teletrabajo, hoy en día, se está consolidando en torno al 13 por ciento", específica.

Aumento del estrés laboral

El estrés de los primeros meses de pandemia derivaron en una caída de los indicadores de salud laboral en los trabajadores. Y, según recoge el estudio, esto no parece haber ido a menos. Los resultados muestran que la inseguridad frente al empleo se mantiene al igual que en la primera ola de la pandemia. 3 de cada 4 participantes en la segunda edición de la encuesta (el 75,2 por ciento) manifestaron preocupación por la dificultad de encontrar un nuevo trabajo en caso de quedarse en paro.

De la misma forma que ocurría en 2020, la inseguridad laboral es más elevada entre las personas cuyo sueldo no cubre sus necesidades básicas, por lo que son más dependientes económicamente de la continuidad de su trabajo y las condiciones de este. El investigador de la UAB, Albert Navarro, explica que esto se debe a que "más de la mitad de los asalariados y asalariadas creen que su salud ha empeorado al inicio de la pandemia, y más en las mujeres que en los hombres".

El 52,7 por ciento de los encuestados consideran que su salud empeoró al durante la pandemia. Lo que equivale a un crecimiento del 16 por ciento en comparación al 2020. Los más perjudicados son los jóvenes de entre 16 a 34 años de edad; un 14,6 por ciento más que los mayores den 50 años.

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