La verdad detrás de los 200.000 millones de euros que quiere movilizar Sánchez contra el coronavirus

El economista Juan Ramón Rallo ha desgranado la medida, en la que avales y aplazamiento de pagos juegan un papel fundamental

La verdad detrás de los 200.000 millones de euros que quiere movilizar Sánchez contra el coronavirus

Millán Cámara

Publicado el - Actualizado

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“Son tiempos extraordinarios que requieren medidas extraordinarias”, expuso Pedro Sánchez como preludio al anuncio de “la mayor movilización de recursos de la historia democrática de España”. Traducida en el hecho de que el Gobierno español movilizará 200.000 millones de euros (el 16% del PIB español) para que el impacto de la crisis del coronavirus se vea mitigado. Un titular del que podemos preguntarnos si es verdad al cien por cien. Y, por supuesto, de dónde sale la cifra que le da forma.

El economista Juan Ramón Rallo ha querido desgranar este “mito”, en sus propias palabras, a través del canal que posee en YouTube. Analista y colaborador en varios medios de comunicación, ha intentado explicar la medida de una forma didáctica y comprensible para todos. Más si cabe ante la estimación de “la mayor caída trimestral de la historia” para el PIB occidental (entre el 20 y el 30%) durante el segundo trimestre de 2020.

Según Rallo, el Gobierno no va a movilizar la cantidad económica prometida. Justifica esta afirmación al dividir los 200.000 millones prometidos por Sánchez en las siguientes categorías.

Avales

“Una primera categoría son 100.000 millones en avales (no suponen una inyección de capital a corto plazo) que el Estado otorgará para facilitar que el sector financiero refinancie la deuda que vaya venciendo de las empresas”, cuenta Rallo. A esto hay que añadir la extensión de “nuevos créditos que puedan necesitar para hacer frente al pago de sus deudas a corto plazo”.

El economista apunta que “avales de 100.000 millones de euros no suponen desembolsos” idénticos a esa cantidad. Si las empresas con deudas no pagan a los bancos, será el Gobierno quien, en última instancia, terminará pagando a la banca. En el caso de que las empresas puedan pagar, el Gobierno no lo hará.

Rallo considera que a quien se protege con esta medida, sobre todo, es a la banca. Con el aval, el Gobierno impide que las pérdidas de las empresas se trasladen a los bancos. “Estamos ante un segundo rescate a la banca, pero, en este caso, de manera un tanto oculta, de manera poco transparente”, revela. Los bancos son beneficiarios indirectos de la medida, pues “se adquiere el compromiso de inyectar varias decenas de miles de euros en ellos si las empresas no son capaces de pagar”.

Otro matiz importante es el siguiente: “Si la crisis persiste y una parte significativa del tejido productivo español no es capaz de hacer frente a sus deudas, entonces sí que tendrá que ser el Estado, por esos avales que acaba de asumir, quien desembolse las cuantías de esa deuda a los bancos”. Inyectarles tanto dinero “podría costarnos una ‘milmillonada’ de euros al conjunto de los contribuyentes y sobrecargará la solvencia de las Administraciones Públicas”.

Aplazamiento de pagos

83.000 millones, de los 200.000 finales, suponen “aplazamiento de pagos que el sector privado se espera que otorgue a sus deudores”. Es “el monto estimado del aplazamiento de las letras de la hipoteca, los recibos de gas, de electricidad y otros suministros”.

A pesar de que el Gobierno obliga a adoptar esta medida, Rallo cree que las empresas la habrían adoptado motu proprio dadas las circunstancias que vivimos. Compañías y bancos “son los primeros interesados en no cargarse financieramente” a los clientes con dificultades “para que les puedan pagar en el futuro”.

No es dinero inyectado en la economía, sino pagos pospuestos, que no condonados. Tiene que quedar claro que “más del 90% del plan no supone movilización efectiva alguna de recursos dentro de la economía”.

La verdad detrás de los 200.000 millones de euros que quiere movilizar Sánchez contra el coronavirus

El dinero que sí se va a inyectar en la economía

Se trata de 17.000 millones destinados a pagar prestaciones de desempleo “a aquellas personas afectadas por un ERTE o a aquellos autónomos que cesen de su actividad o que vean reducir sus ingresos en más de un 75%”. Es endeudamiento asumido por el Estado “que habrá que pagar mañana con impuestos extraordinarios o con recortes del gasto público”, puntualiza Rallo.

“Desde 200.000 millones a 17.000 de movilización real de recursos (aproximadamente, el 1,4% del PIB español), media una diferencia de más de 10 veces”, aclara el economista.

¿Conclusión?

Según Rallo, el plan de Sánchez es “muy criticable”, porque “no se está enfocando adecuadamente en cómo salir de la crisis”. El Gobierno prioriza el reflote de aquellos sectores que son rentables o lo serán también en el futuro en lugar de “rescatar a aquellos que han dejado de serlo y que no van a volver a hacerlo en el futuro”.

“Nos han vendido algo que NO es, una inyección de 200.000 millones. Y nada parecido (por fortuna, también hay que decirlo) se ha producido. Estamos ante una nueva guerra de propaganda que, sin embargo, no trata de buscar soluciones eficaces para los ciudadanos y para las empresas”, finaliza el análisis.