El Senado, clave en el escenario post 23J: ¿Qué supone una mayoría popular en la Cámara Alta?
Los de Alberto Núñez Feijóo se hacen con una holgada mayoría absoluta en el Senado, que augura ser un muro para el gobierno de Sánchez
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Ni siquiera las encuestas contemplaban este escenario. La noche del 23J ha quedado marcada, precisamente, por la victoria del Partido Popular. Eso sí, muy lejos de la mayoría absoluta, pese al posible apoyo de Vox, y aún más de los 150 escaños que le daban los sondeos a los de Alberto Núñez Feijóo.
Con 136 diputados vestidos de azul; 122 para el PSOE; 33 de Vox y 31 de Sumar, la llave para desbloquear un nuevo gobierno queda en manos de otras fuerzas políticas que, pese a tener menor representación parlamentaria, tienen ahora la llave. Ahora bien, fuera del Congreso de los Diputados, es también necesario prestar atención al Senado.
El Senado, clave en el escenario post 23J
Con más del 90% de los votos escrutados, el PP sigue siendo la fuerza mayoritaria en el Senado, con 120 senadores electos y los 23 que tiene por designación autonómica. Así, los de Feijóo se hacen con la mayoría absoluta. El PSOE, por su parte, se queda con los 72 escaños, más los 19 parlamentarios asignados.
Esto significa, por lo tanto, que pese a haber un acuerdo de Gobierno en el Congreso de los Diputados, el Senado podría echar el freno a Sánchez. Recordamos que cualquier tramitación parlamentaria se inicia en el Congreso y sigue su procedimiento en el Senado, donde el texto deberá ser aprobado por los representantes del mismo, ya sea por una mayoría absoluta o, en algunos casos, una mayoría simple.
Una mayoría popular en la Cámara Alta, por lo tanto, podría suponer un veto o forzar la introducción de nuevas enmiendas a los textos remitidos desde el Congreso. Para las enmiendas, con una mayoría simple de la cámara sería más que suficiente. Para el veto a un texto parlamentario, es necesaria una mayoría absoluta. Sea como sea, ahora mismo los de Alberto Núñez Feijóo podrían ser un muro para Pedro Sánchez, que podría encontrarse con un muro parlamentario.
¿Qué posibilidades tendría entonces Pedro Sánchez? Por un lado, como ya ha ocurrido en más de una ocasión, es que el líder de los socialistas opte por gobernar a base de decretos ley, evitando así esquivar el trámite parlamentario de la mayoría absoluta del PP en el Senado. Esto, no obstante, podría parecer una forma de llevar los mandos del Gobierno complicada. O al menos, sí para hacerlo durante cuatro años. A esto, además, se le suma el problema de los Presupuestos Generales del Estado, que para aprobarse han de contar con el visto bueno de la Cámara Alta. Aquí, la única opción para el PSOE sería prorrogar los PGE ya aprobados anteriormente.
Sea como sea, lo que está evidente es que ahora mismo, pese a abrirse el campo de los pactos, Sánchez no puede apartar la vista de la Cámara Baja que, sin duda, promete ser todo un obstáculo para facilitar su posible legislatura. Eso sí, primero, siempre y cuando consiga pactar con todas las formaciones pertinentes para hacerlo. Un camino, se augura, nada fácil para el líder de los socialistas.