El Gran Poder de Sevilla, el pulmón sobre el que respiran decenas de familias en el barrio más pobre de España

Drogas, viviendas tercermundistas o los tiroteos reinan en Los Pajaritos, hasta donde se desplazó el Gran Poder en 2021 para dar esperanza a sus vecinos: ¿Qué queda de aquello?

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El Gran Poder de Sevilla, el pulmón sobre el que respiran decenas de familias en el barrio más pobre de España

José Melero Campos

Publicado el

6 min lectura

Drogas, pisos marihuana, algún tiroteo, viviendas tercermundistas y pobreza, mucha pobreza. Son escenas que con total seguridad te encuentras si das un paseo por Los Pajaritos. Enclavado en el sur de Sevilla, la zona lidera los rankings de marginalidad no solo de España, sino de toda Europa.

“Es un supermercado de la droga de Sevilla y esto produce problemas de convivencia, para los jóvenes es un espejo donde encontrar ganancias fáciles... Es un lastre para la vida del barrio”, ha alertado el portavoz de la asociación vecinal 'Tres Barrios', Fernando de Arma.

No es de extrañar que vecinas como Rosario, de 45 años y con dos hijos, no vean la hora de abandonar Los Pajaritos, aunque hoy por hoy su situación económica se lo impide: “Quiera que no los pisos aquí son baratos, pero no me gusta vivir. Aquí hay tiroteos un día sí y un día no”, asegura.

El Gran Poder, la gran esperanza

En este difícil contexto el Señor del Gran Poder se trasladó hasta Los Pajaritos en octubre de 2021 para llevar la esperanza a unos vecinos que vieron cómo durante tres semanas aparecían en los periódicos por un motivo festivo y no en la página de sucesos.

Pero un año y medio después, apenas queda nada de aquello. La hermandad ha intensificado su ayuda, se puso a Los Pajaritos en el mapa y la concienciación sobre sus necesidades creció, pero las administraciones no han cumplido con su palabra: “Fueron muchas las promesas porque el Gran Poder tiene mucho tirón, la hermandad no nos ha dejado pero la Junta de Andalucía, ayuntamiento y otras corporaciones, pues como que no”, ha lamentado Loli García, directora de Cáritas en la parroquia Blanca Paloma.

El Hermano Mayor de la hermandad del Gran Poder, Ignacio Soro, recuerda las “buenas intenciones” de la clase política que se acercaba al 'Señor de Sevilla' durante su estancia en el barrio, pero hace hincapié en que un año y medio después existen pocas diferencias respecto a lo que había anteriormente.

“Ha habido alguna actuación puntual, pero a grandes males grandes remedios, este problema necesita una actuación común de la Junta de Andalucía, Ayuntamiento y fondos europeos para derribar y levantar porque aquello tiene unos edificios deplorables con materiales muy básicos. Hay que empezar por una formación desde los niños hasta los adultos para que encuentren trabajo, tengan una esperanza en el futuro y no sean personas con la esperanzas puestas en un subsidio”, ha argumentado Soro.

Las tareas más urgentes: rehabilitar viviendas y dotar de recursos los servicios sociales

Unas soluciones que los vecinos llevan décadas esperando, pero que hoy por hoy ni están ni se le esperan, ni siquiera en periodo de campaña electoral: “Pocas cabezas buenas van a quedar. Entre que no tienen, o derivan en alcohol o en drogas, pues fíjate. Es una pena. Incluso gente que están en la calle”, ha advertido Loli García.

Las necesidades de Los Pajaritos se cuentan por decenas. Tanto es así que Fernando de Arma bromeaba con ECCLESIA al respecto: “No terminaríamos en una mañana entera si hubiera que hacer un inventario con las actuaciones más acuciantes de Los Pajaritos”.

Por tratar de sintetizar, de Arma cree que lo más acuciante sería renovar el parque de viviendas o dotar de personal la oficina de servicios sociales: “La calidad de la vivienda es malísima y empieza a ver un mercadeo ilegal de alquileres, subalquileres que lo que hace es mantener a las familias en situaciones precarias en cuanto a la habitabilidad de la vivienda. Y en la oficina de servicios sociales no hay personal estable que pueda hacer un seguimiento a las familias. Se convierte en un cuello de botella para muchos programas porque muchas subvenciones y programas dependen de los informes servicios sociales que no existen por falta de personal”, ha explicado el portavoz de la asociación vecinal 'Tres Barrios'.

Loli García comparte el análisis de Fernando, pero para ella lo más urgente es solucionar el acceso a la vivienda, arteria principal en las ayudas de Cáritas. Y es que buena parte de los vecinos, de mayoría inmigrante, no pueden asumir el pago y se ven en la calle.

“Tenemos mucha inmigración, los alquileres están por las nubes con 400 o 500 euros. Son sobre todo inmigrantes los que se acogen a los alquileres, y se las ven y se las desean. Por eso Cáritas demanda un pago del alquiler porque si no tienen trabajo ni papeles,pues abusan muchas veces de ellos. Ya no piden solo para comer, sino para que no los echen del piso”.

También es una imagen habitual en Los Pajaritos ver cómo algunos vecinos son expulsados de su vivienda para habilitar plantaciones de marihuana. Rosario se vio en la calle por esta circunstancia: “Yo estaba de alquiler en otro piso, me echaron de buenas a primera los gitanos porque iban a poner una plantación de marihuana. Gracias a Cáritas me buscaron un piso de alquiler y me lo están pagando, pero yo lo que necesito es trabajar para sacar a mis hijos adelante”, ha relatado Rosario.

El Gran Poder, el gran sostén de Los Pajaritos ante la desidia de las administraciones

La situación se va agravando en Los Pajaritos con el paso de los años. Los efectos de la inflación se dejan ver con facilidad en las deterioradas calles de esta zona sur de Sevilla. La Iglesia asegura estar desbordada ante la creciente demanda de ayuda que reciben las cáritas parroquiales.

“Las colectas que tenemos en las parroquias de los tres barrios de aquí es de pena. Son ayudas puntuales. No podemos mantener casas enteras o el pago de un alquiler, de un recibo de luz o agua. Derivamos para que se acojan a las ayudas que hay para pobreza energética. Hay descuentos en la luz y el agua, el Ingreso Mínimo Vital... pero el mínimo es mínimo, de 120 o 150 euros para una persona. ¿Cómo se vive con eso?”, se pregunta la directora de Cáritas en Blanca Paloma.

Ante tan desolador panorama, la acción del Gran Poder no es más que un paño en la frente para los sufridos vecinos de Los Pajaritos. Comedores, asesoría jurídica o espiritual son algunos de los programas que desarrolla la hermandad.

“Tenemos un comedor abierto allí que da diariamente de lunes a sábado un almuerzo y después se llevan la cena quienes lo utilizan. Damos atención jurídica porque muchos inmigrantes no saben qué documentación tienen que realizar, les facilitamos el Ingreso Mínimo Vital, tenemos una pastoral sanitaria que acompañan a enfermos y personas mayores porque la falta de movilidad en aquellos barrios los convierten en reclusos de sus propias viviendas al estar sin ascensor y no pueden salir de sus casas”, ha detallado Ignacio Soro.

Ha pasado un año y medio. Las administraciones no han reaccionado, pero la presencia del Gran Poder hizo que muchos regresaran a la Iglesia tras años de desesperanza. Cada día se agotaban las formas consagradas para comulgar, y algunos vecinos de Los Pajaritos se hicieron hermanos de la hermandad. Mereció la pena.

“Me ha marcado durante la estancia del Señor muchos momentos porque ha habido acercamiento de personas que llevaban muchos años sin pisar una iglesia y personas que estaban muy alejadas de la religión y de Dios. La imagen del Señor ha sido un imán que les ha atraído y ha sido un medio de conversión”, recordaba el Hermano Mayor del Gran Poder.

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