Un turista se queja por no poder entrar en una cafetería de Cazorla y la razón que alega el dueño pone los pelos de punta: "Tenías"
La hostelería es un trabajo de cara al público lo que lleva parejos algunos desafíos emocionales, como el tratar de gestionar situaciones tensas con clientes difíciles.
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Debido a su estrecho vínculo con el turismo, la hostelería es uno de los pilares fundamentales de nuestra economía, uno de los motores económicos del país.
Restaurantes, bares, cafeterías y hoteles son cruciales para la buena salud del PIB nacional, además de generar miles de empleos directos e indirectos. En concreto fueron contratadas 1,7 millones de personas durante en el primer trimestre del 2024, según datos de Hosteltur, lo que lo convierte en uno de los sectores con mayor impacto en la sociedad.
Pero el sector también tiene su hándicap. Las largas jornadas de sus trabajadores, especialmente en temporada alta, se suman a los constantes turnos rotativos, fines de semana laborables y a un alto porcentaje de contratos temporales.
Además no hay que olvidar que por lo general se trata de empleos, en especial los de camarero, de cara al público con una interacción directa y constante con los clientes, lo que implica saber gestionar situaciones tensas o con clientes difíciles.
"la gente y su empatía"
Esto es precisamente lo que le ha sucedido al dueño de una cafetería de Cazorla, en Jaén. Lo sucedido lo ha recogido Jesús Soriano, en su popular perfil de redes @soycamarero.
En la publicación que adjunta, se puede leer un 'pantallazo' de ordenador la queja de unos turistas que acudieron al establecimiento y que se lo encontraron cerrado. "Hemos venido a pasar unos días a Cazorla y buscando cafeterías hemos encontrado esta. Vemos que en el horario de Google dice que a las 17 horas del domingo está abierta. Vamos andando desde el hotel a este lugar y resulta estar cerrado".
La distancia, la hora o el 'fallo' no sentaron muy bien a esta potencial clienta que terminaba su mensaje pidiendo a su dueño que por favor "actualizara" los horarios. "Nos haríais un favor a todos"".
En la misma publicación se puede leer la respuesta del propietario del local que le expone un motivo de peso y de fuerza mayor. "Siento comunicarte que este fin de semana falleció mi madre y en la puerta tenías dos esquelas de defunción".
Concluye agradeciendo la reseña y enviándole un claro mensaje."Espero que duermas bien esta noche sin remordimientos".
Jesús Soriano, autor del libro "El cliente NO siempre tiene la razón" (editorial Grijalbo), no duda en dar también su opinión, corta pero concisa: "la gente y su empatía".
Tampoco los usuarios de la red han pasado por alto la publicación que cuenta con más de 400.000 visualizaciones y más de cien comentarios. Muchos de ellos críticos con la actitud de la clienta. Algunos señalan que "hay gente que no sabe leer, pero sí escribir reseñas", mientras otros ponen en duda que haya podido ver las esquelas y aún así escribir esa reseña. "No creo que haya nadie tan idiota y falto de valores".
"No todo vale amigo"
Otros cargan contra las redes sociales y el anonimato en el que muchos se escudan para escribir en ellas. "Hay mucha gente estúpida que se cree que por tener Facebook o Instagram, tienen todo el derecho a decir lo que se les cruce por la cabeza. No todo vale amigo, no todo vale. Hay límites morales, pero son tan estúpidos que no los ven".
Hay también quienes por cerrar dentro de su horario, han recibido al igual que el dueño de la cafetería de Cazorla algunas críticas. "A mí me lo hicieron por estar con el COVID, en un bar de copas, en un sitio que está lleno de bares. Se ve que le molestó muchísimo que un martes estuviera cerrado por enfermedad".
Mensajes también en defensa del poco acertado mensaje. "Seguro no vio las esquelas y el comentario, la verdad, no tiene nada de ofensivo".
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